EL CONOCIMIENTO DE LAS ALMAS. El ave interestelar

 EL CONOCIMIENTO DE LAS ALMAS

Capítulo 1. Extraterrestres en la Tierra.

Caso MEC11. EL AVE INTERESTELAR.

El relato siguiente trata de otra alma híbrida, es decir, alma con formación encarnatoria inicial extraterrestre, que posteriormente viene a encarnar a nuestro planeta Tierra. En este caso, el alma viene a cumplir una misión. Se trata de Líndsay, mujer alta, callada, y sorprendente persona que ha experimentado graves problemas de salud en su vida actual, además de una sensibilidad, a veces dolorosa, hacia su entorno y las personas que la rodean.

Cuando Líndsay, de cincuenta y un años, contactó para hacer terapia de vidas pasadas, le preocupaba que su extrema fatiga no le permitiera participar plenamente de su sesión. Había experimentado severos traumas natales, y batallado con su mala salud durante toda la vida.  Desde siempre sufría dolor en la zona del bazo, y constantemente evitaba las multitudes y lugares ruidosos porque le hacían sentir abrumada y enferma. Líndsay no había sido capaz de crear una conexión profunda con alguien porque se sentía diferente  de algún modo estaba aislada. Ocho años antes de la sesión de vida entre vidas, mientras trabajaba en África en un proyecto internacional de desarrollo, le picó un insecto portador de cinco tipos de virus. Aunque finalmente los virus desaparecieron, Líndsay quedó en un estado postviral excepcionalmente malo quedándole como secuela el síndrome de fatiga crónica.

Con el uso de terapias convencionales y holísticas, la salud de Líndsay mejoró  considerablemente. También había empezado a trabajar con la energía curativa sobre sí misma y sobre otros, pero aún seguía padeciendo un empecinado y debilitante insomnio que demostró ser resistente tanto a los remedios convencionales como a los alternativos.

Durante la primera sesión de regresión, se exploraron varias vidas. Ninguna de ellas estaba directamente relacionada con el insomnio, pero al entender las lecciones de esas vidas en estado hipnótico, Líndsay descubrió paralelismos con su existencia actual. Comentó que en esas vidas no completó las cosas a su satisfacción, y que en su vida actual tenía muchísimo trabajo que hacer, y sin embargo no podía realizarlo pues, estando enferma, su cuerpo no podía llevarlo a cabo. Era un trabajo que consistía en transferir mucha energía. Líndsay era muy consciente del tiempo, del hecho de que el tiempo iba pasando y le resultaba duro relajarse y permitir que se completara el proceso de curación. Todo aquello hacía que se sintiera triste, a veces sin dirección, impotente, y desconectada.

Se pidió a Líndsay que fuera, directamente, a los orígenes de la sensación de tristeza, falta de dirección, impotencia e incapacidad para hacer el trabajo. Se puso muy emocional, y empezó a derramar lágrimas mientras relataba, entrecortadamente, lo siguiente:

- Tengo alas. Soy una especie de ser de color amarillo dorado, con alas que se deslizan. Sin aletear, se deslizan. Y tengo una cola, como un insecto muy grande, con forma de avispa o lagartija, pero mi cabeza es muy extraña. Vine a este planeta a hacer cierto trabajo energético, ¡y no puedo hacerlo! Es difícil. En este momento, esa labor está más allá de mi actual capacidad,  es una tarea demasiado difícil. Intento manipular la energía pero no puedo, no soy capaz. Lo que debo hacer parece está más allá de mi nivel de competencia. Quiero hacer demasiado en muy poco tiempo. Todos estamos ansiosos por transformar el planeta,  orbitamos a su alrededor, trabajamos, y después descansamos. Aquí, en este planeta, no necesitamos dormir mucho.

Se le preguntó lo siguiente:

-Si te tomas un descanso, ahora mismo, ¿qué ocurriría?

Después de una larga pausa dijo:

-Es divertido. Me voy y permito que el planeta evolucione por sí mismo, y lo está haciendo bien. No necesito forzar tanto.

Cuando le vino este recuerdo, Líndsay se dio cuenta de que tampoco necesitaba esforzarse tanto en su vida actual. Debía enfocarse en su trabajo de sanadora, y empezar por curarse a sí misma.

Inmediatamente después de la sesión, Líndsay dibujó una imagen de sí misma como ser volador, y un par de días después escribió una carta describiendo el cuerpo volador que había experimentado en su sesión de regresión.

Según sus palabras, “Recuerdo ser de color amarillo, suave dorado, con dos alas, una cabeza y una especie de cola. Mi cabeza tenía rasgos sobresalientes en el lugar donde debería estar la cara, pero no tenía ojos, orejas ni boca. En cambio, tenía cuatro antenas de la longitud aproximada de mi cabeza y cuello juntos, que me salían desde lo alto de la cabeza. Las antenas se movían independientemente una de otra, y eran aplanadas, con sección de corte en forma oval en lugar de redonda. Mi piel, (sin plumas), tenía una textura lisa, gomosa, parecida a la gelatina. Mis alas, situadas en mi parte anterior, se parecían a las de las gaviotas, con un ángulo posterior en su parte media. La parte posterior del ala no era lisa, sino que tenía una especie de bultos desiguales que se extendían un poco. La forma de mi cuerpo era, lejanamente, similar a la de una sepia, sólo que sin la larga aleta a lo largo del perímetro que muestran éstas. Por otro lado, el cuerpo tenía más bultos desiguales, parecidos a los de la parte posterior de las alas, (aunque en menor cantidad que en aquéllas).

Líndsay siguió contando más sobre su trabajo cuando tuvo este tipo de encarnación en un ser alado que, como oiremos era espacial, o interestelar si se prefiere.

-- Junto con muchos otros como yo, orbitaba un planeta, muy pequeño, que estaba en sus primeras etapas de formación. El planeta estaba compuesto por una masa de gas, pesada y giratoria, de colores naranja y rojo, que se movía como si fuera líquido. Trabajábamos para hacer que el planeta evolucionara rápidamente. Usaba mis antenas para registrar los resultados de los cambios que intentábamos realizar y, con esa información, modificábamos continuamente la energía que enviábamos al planeta. Recuerdo que tenía dificultades en este trabajo,  me estaba concentrando demasiado y, en cierta manera, eso interfería en mi propia labor. Al relajarme y quedarme en órbita durante un tiempo, descubrí que los diferentes elementos del planeta empezaron a ralentizarse y a coligarse en estados más evolucionados: estaban empezando a formarse masas de tierra primitivas. También trabajo con este concepto de intención relajada en esta vida.

En la segunda sesión, Líndsay  llegó a la consulta media hora antes del tiempo acordado, irradiando anticipación,  ansiosa y determinada por empezar su sesión. Traía consigo una sensación de urgencia, de no tener tiempo que perder.

Durante la sesión, Líndsay descubrió que es un alma híbrida, madura, encarnada en el planeta Tierra con la misión específica de llevar a cabo un trabajo planetario. Esto se hizo evidente ya desde su etapa en el útero de su mamá porque, para preparar el terreno de esta importante misión, su alma se unió al feto en etapa muy temprana. Con creciente comprensión, contó las razones de ello:

-- Trabajo duro, no hay tiempo para vacaciones,  hay mucho que hacer en esta vida. Tenemos que hacer muchas conexiones con la mente. La relación (con este cuerpo) tiene que ser refinada, dado todo el trabajo que tenemos que hacer. Quiero llegar a las pautas antes. Nosotros  hacemos mucho trabajo inusual con esta mente.

-  ¿Qué tipo de trabajo? Has dicho «inusual».

--  ¡Oh!, es como cuando en lugar de conducir un viejo coche familiar conduces un deportivo de última generación. Los componentes son mucho más sofisticados y caros de mantener, pero seré capaz de hacer mucho más. Tengo que hacer mucho trabajo energético para este planeta. Tengo que ser capaz de ser más creativa,  mi cuerpo tiene que ser receptivo, casi «jugar» con la energía. Debo estar dispuesta a experimentar nuevas maneras de trabajar con la energía.

Ahora el alma de Líndsay habla de su encarnación actual y relata lo siguiente:

-- Ella, (es decir, Líndsay), está trabajando con energías con las que no se ha encontrado nunca. Antes no había nadie que le enseñara. La comprensión vino a medida que fue teniendo más confianza. Ella tiene que ser capaz de escuchar para poder hacer esto. Es un trabajo complicado, porque estamos trabajando con alto voltaje y podemos dañar el cuerpo, y no hay profesores que te enseñen. Podría ser peligroso,  de modo que tenemos que estar bien sintonizados todos los que estamos implicados en el trabajo, y escucharnos mutuamente para hacer la labor. Es un esfuerzo en equipo de modo que, en primer lugar, tengo que curar mi cuerpo y soltar el equipaje de otras vidas,  y hacerlo a tiempo para poder realizar el «trabajo planetario». Tengo que hacer lo uno antes que lo otro, y no tengo mucho tiempo. He esperado mucho para esto.

 Se pregunta a Líndsay:

- ¿Cómo ha contribuido su trauma natal al aprendizaje de tus lecciones en esta vida? ¿Por qué se necesitaba ese trauma natal?

-- Para que el cuerpo se viera obligado a trabajar con la energía, porque iba a ser la única cosa que ayudaría a curarlo, y esto haría que el nivel de interés aumentara lo suficiente como para poder seguir trabajando con él hasta llegar a realizar el trabajo planetario.

- ¿Tienes alguna experiencia de trabajar con planetas? Supongo que esta no es la primera encarnación en la que haces esa labor.

--  Sí. Esto me encanta. Me gusta trabajar con los planetas. Lo hacemos con los elementos de los planetas. Realizarlo es como poesía, como una danza,  ¡es tan hermoso combinar toda la energía con los elementos! Es como crear una especie de sopa cósmica, y construir un planeta en el que la gente pueda vivir. ¡Es tan hermoso! Incluso si ellos, no (prosperasen),  es un lugar tan hermoso en el cielo.

-  Has hecho esto muchas veces antes, ¿verdad?

--  Sí, me dedico a esto.

-  ¿Dónde haces tu trabajo planetario?

--  Ésta no es la primera vez que trabajo en el planeta Tierra. Lo echaba de menos. Echaba mucho de menos hacer esto. Y aquí se hace en forma diferente. Si vas a mi planeta, lo haces a distancia, estás lejos, sin tocar,  pero aquí lo tocas todo.

-  «Aquí», ¿significa en la Tierra?

--  Sí. Tienes que estar en ella. Es como hacer una sopa y comérsela,  tienes que experimentarlo al mismo tiempo. De esta manera, el trabajo es maravillosamente satisfactorio.

Después de esta información, y durante una visita a su Consejo de Ancianos, al que se refería más como formado por colegas,  Líndsay recibió la explicación sobre su insomnio. Se le pregunta:

-  Durante esta vida como Líndsay, ¿qué te enseña el insomnio? ¿Qué cosa te recuerda?

--  Tengo que relajarme más, y hacer todo lo que pueda porque un planeta tiene que evolucionar y todo lo que puedo hacer es hacerlo lo mejor que pueda con el tiempo que tengo. En este sentido, la relajación me permitirá seguir con ello durante el sueño profundo. Asimismo, en la otra encarnación, en la dimensión de mi hogar, no se duerme  de modo que, el insomnio, es como si fuera un truco. El insomnio me permite trabajar, y  ahora pienso  que estoy perdiendo el tiempo durmiendo aquí.

-  Entonces, a nivel subconsciente, ¿te sientes muy molesta por haber perdido el tiempo durmiendo?

--  Sí,  porque no duermo, uso el tiempo para otras cosas. Pero tengo que recordar esto: que el sueño forma parte de la vida humana. Es una parte muy productiva para el humano, que permite al alma descansar cuando el cuerpo duerme, y también permite al cuerpo curarse. Hay algo más: dicen los miembros del Consejo que estoy en el buen camino por las cosas que estoy haciendo, y por resolver la cuestión del sueño.

-  ¿Cuál es el significado de que te haya picado un insecto en África?

--  ¿El significado de la picadura? Oh, eso ha sido de gran ayuda. Ese insecto me picó hace unos ocho años. Hace doce años empecé a recibir el trabajo energético, y aprendí a hacérmelo a mí misma y a otros.

Hice muchos progresos  durante los primeros años de trabajo energético. Me curé a mí misma y después, digamos que me equilibré,  no pude cavar más hondo. Si hubiera necesitado este cuerpo para ir del punto A al punto B, eso habría estado bien. Pero tenía que ser capaz de hacer el trabajo planetario, de otro modo la energía cambiaría y por eso tenía que desmantelar todo completamente, repararlo y volver a ensamblarlo de nuevo. La única manera de conseguirlo era ponerme muy, muy enferma. Y ahí es donde entró el insecto.

Durante la sesión de curación que siguió, Líndsay descubrió los orígenes de su dolor crónico en el bazo.

--  Sí, siempre ha sido un área de tristeza. Quería venir a esta dimensión para aprender sobre la Tierra, y ha sido satisfactorio. La gente me ha ayudado tanto, pero eché de menos a mi grupo. He sentido añoranza y la zona del bazo es en donde llevo la tristeza de estar lejos de casa.

Para solucionar esto, se creó una conexión directa entre su bazo y su dimensión original de modo que, simplemente respirando hacia el bazo, ella pudiera conectar con su hogar. A medida que la sesión progresó, se preguntó a Líndsay por qué necesitó experimentar la sesión de regresión en este momento de su vida. Y esto es lo que contestó:

--  Ella, es decir, (Líndsay), se había quedado atascada en algún nivel, y con el tema del insomnio se sentía entre la espada y la pared. Tenía tanta falta de sueño que no podía funcionar y progresar, y eso demostró ser una carga para su desarrollo. Tenía que superarlo para seguir con su vida porque ya no le funcionaba nada, absolutamente nada. Y había tantas decisiones que dependían de ser capaz de dormir, y estar suficientemente lúcida como para reconocer el tipo de trabajo que hace, y la dirección que sigue con él, que era necesaria la regresión.

A esta altura de la conversación, la comprensión de la paciente se hizo más profunda y continuó diciendo:

-- Suena tan extraño esto. Líndsay conoce a muy poca gente que sepa quién es en realidad,  apenas nadie. Ella ya no es capaz de comentarlo con nadie, de modo que el hecho de crear esta comprensión interna, en este punto, es importante para poder seguir adelante con su labor, porque es la hora de avanzar mucho más rápido, (hay) tantas cosas pendientes. El rompecabezas tiene que estar completado y en su lugar, y ella necesitaba esta ayuda de la regresión para superar el «atasco».

La sesión de Vida entre vidas le dio la explicación de los sueños en los que volaba, y que podía recordar desde que fue niña. Y Líndsay no se sorprendió por descubrir el porqué de eso, en absoluto. De hecho, se identificaba más con la encarnación de su cuerpo volador que con su encarnación humana actual.

Descubrir sus orígenes también explicó muchas otras cosas. Por ejemplo, el porqué de sentirse siempre extremadamente incómoda y agobiada cuando estaba en medio de una multitud, y  el porqué de oír las voces de la gente de su contorno como un ruido constante e invasivo y, casi sin darse cuenta, como si hubiera estado absorviendo todo el dolor y la desesperación de quienes la rodeaban. Ahora, también podía entender por qué nunca fue capaz de conectar con alguien a nivel profundo.

Lo más impactante de la sesión fue que, ahora, Líndsay es capaz de conectar con su historia. Descubrió sus orígenes, los orígenes de sus habilidades únicas, y que también había otros, con habilidades parecidas, haciendo esfuerzos similares.

Líndsay sentenció que:  «Saber que soy de "otro lugar", me hace sentir como si fuera más "de aquí". Al apropiarme de quién soy, eso se proyecta hacia delante, y la gente se relaciona conmigo de otra manera.»


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