PALABRAS EN EL UMBRAL DE LA MUERTE. Capítulo 7


PALABRAS EN EL UMBRAL DE LA MUERTE

CAPITULO 7. Palabras entre los mundos.

Descripciones de visiones y visitas antes de morir.

 En capítulo anterior, analizamos el grado en que el contexto determina si algo tiene sentido para nosotros. Es decir, si cierta información falta o no es percibida por el oyente, entonces ciertas expresiones o ideas son ininteligibles. La siguiente historia de la voluntaria del Centro de Personas Terminales,  Malynda Cress, es un buen ejemplo:

 "¿Cómo será cuando yo muera?" le preguntó un paciente.”Háblame de los pájaros. ¿Qué les pasa cuando mueren? ". Malynda quedó perpleja. “El paciente tenía curiosidad acerca de la mecánica de la muerte: su muerte y la de los pájaros, y otras combinaciones extrañas. Malynda quería saber más sobre este hombre, así que fue a su historial. Allí estaba escrito: piloto de la fuerza aérea, Segunda Guerra Mundial. También había estado involucrado en la mecánica de automóviles y campamentos. La mecánica había sido un tema importante durante su vida adulta. Entonces, conocer la mecánica de la muerte, tanto para él como para los pájaros, tenía mucho más sentido". Una vez que Malynda tuvo acceso al contexto, comprendió mejor la situación de aquel moribundo.


 En este capítulo abordaremos 


1. El Lenguaje no referencial.

2. Visiones de multitudes.

3. llegada de seres queridos fallecidos.

4. Ángeles y figuras religiosas.

5. Música, campanas y campanillas.

6. Animales, niños pequeños, y paisajes.

7. Hombres de negro, sombras y humo.

8. Visiones, frente a alucinaciones.

9. El factor terapéutico de las visiones, en el proceso de morir.

 

Lenguaje no referencial.

 A medida que morimos, podemos hacer referencias que no son claras para los vivos. A esto se le llama lenguaje poco referencial, o no referencial. Los individuos moribundos se refieren a personas, lugares u objetos que no son evidentes para sus seres queridos. Los pronombres como,  “ello” y “este”, en los que el referente es ambiguo, son comunes en transcripciones y relatos.

Las últimas palabras de mi padre a su mecanógrafa, un día antes de morir, fueron: "Esto es muy interesante, Alice. Nunca he hecho esto antes." ¿Qué era este enigmático, “esto”? La palabra” esto” se fijó mi pensamiento mientras valoraba por qué no dijo: “Morir es muy interesante. Nunca antes había muerto ". ¿Será que la palabra es innombrable, demasiado difícil de captar para nuestra mente en esos momentos finales, o será que nadie muere? ¿Acaso mi padre estaba viviendo una experiencia que no se podía expresar con palabras, y usó un “esto” para el que no hay lenguaje, como en las experiencias inefables de quienes sobreviven a experiencias cercanas a la muerte? ¿Qué era esto que estaba experimentando? Estaba intrigado por la falta de referente, curioso acerca de lo que podría haber detrás de ese misterioso, "esto". Los pronombres no referenciales  it, y this, (y algunos otros términos) dejan al oyente con la duda, como en los siguientes ejemplos:

 "Es muy hermoso aquello". (¿Qué es exactamente hermoso, y dónde está "aquello"?)

"Lástima que no pueda contarte todo esto". (¿Qué es esto"?)

"No es lo que piensas." (¿Entonces , qué es?)

“Mi vocabulario me hizo esto” (del poeta Jack Spicer).

“Mucha gente tiene esto."

“Está todo en una sola pieza .Es todo de una sola pieza. Lo que ves en diferentes piezas.es todo de una sola pieza ".

“Lástima que no pueda contar todo lo que he visto.

“Sé que eso no es lo que me está sucediendo ahora, pero sé lo que está sucediendo ".

"No puedo contártelo".

"Lo descubrirás más tarde". (¿Descubrir, qué?)

"No hay nada que ellos puedan hacer por esto".

 La falta de referentes implica que hay cosas que el hablante no puede, o no podría explicar. Esto da una sensación general de que lo que experimenta el hablante es indescriptible, o no se puede comunicar. No está claro qué el lo que no se puede decir, a quién no se le permite decir, o por qué se ocultan ciertos detalles o referencias.

Estas cualidades también son consistentes con las experiencias de las personas que pasan por experiencias cercanas a la muerte, quienes explican que cierta información se retiene hasta que crucen la última frontera de la muerte. Muchos describen cómo se les enseñó, o mostró, que ciertas cosas no se pueden compartir o revelar hasta que mueran finalmente. Descripción típica de  estos sobrevivientes es la de Shawna Ristic, que cuenta lo siguiente: “Se entendió que existía esta barrera, una frontera que había que cruzar, y se decidió que yo no la iba a pasar. Lo que había más allá, permaneció en secreto".

Las referencias a que la vida es una ilusión también surgen en los relatos y transcripciones con el mismo tipo de discurso no referencial. Se dicen cosas como:

“Es todo un engaño. Solo, una ilusión." (La pregunta es, ¿Qué es un engaño?)

“Hoy temprano, el Señor me lo representó”. (¿Qué es lo que te dijo el Seór?).

"¡Increíble! ¡No lo creo! ¿Estos son ciertos? (¿A qué se refieren "lo", y "estos"?)

Veamos a continuación típicas descripciones de quienes pasan por sucesos cercanos a la muerte, que pueden arrojar luz sobre lo que el moribundo podría estar presenciando:

 “La luz me mostró que el mundo es una ilusión. Todo lo que recuerdo de eso es mirar hacia abajo y pensar, 'Dios mío, no es real, no es real'. Es como si todas las cosas materiales fueran solo accesorios para nuestras almas, incluido nuestro cuerpo ".

Puede ser que las palabras que escuchamos de los moribundos provengan de un mar de inefable experiencia metafísica, y nosotros, los vivos, solo somos testigos del lenguaje que obra, solo, en la punta del iceberg flotante.

Una expresión que recibí a través del sitio web PALABRAS FINALES, es: "Echo de menos a mi mismo", lo que me hizo pensar en las últimas palabras de mi tía, unos meses antes.

“El pronombre está mal”, dijo mi tía mientras se acercaba al final de su vida. Ahora desearía haberle preguntado: "¿Qué pronombre?" o, "¿Cuál es el correcto?". Quizás se estaba refiriendo al pronombre YO, diciendo que, de alguna manera, YO, no es el pronombre correcto para quienes somos cuando cruzamos el umbral. Tal vez, como nos han dicho místicos y maestros espirituales a lo largo del tiempo, realmente no existe un "yo", de la misma manera que otros se han referido a esta vida como simplemente una ilusión.

De todo el lenguaje no referencial que la gente usa en el umbral, el más común es el que se refiere a personas o lugares que los vivos no ven. Los moribundos hablan de visitantes de todo tipo. A continuación se muestran algunos ejemplos típicos:

 Visiones de multitudes.

 Solemos oír de los moribundos expresiones como:

 "¿Quiénes son todas esas personas?".

“Hay tanta gente aquí. No tengo tiempo para hablar con todos".

“Mi padre murió un viernes por la mañana. Pasó todo el miércoles antes de fallecer hablando, a veces en voz alta y otras murmurando al respirar, a una variedad de personas que había conocido a lo largo de su vida. Fue lo más asombroso que he visto en mi vida”.

Las visiones de una multitud también se han informado a través de los ojos de los niños, y pueden brindar consuelo a sus padres en las circunstancias más trágicas. Una joven madre comparte las últimas palabras de su hija de este modo:

“Tenía veintiocho años y una hija maravillosa de seis y medio, muy enferma, que tenía fibrosarcoma de la mandíbula, (cosa que los niños pequeños rara vez tienen). Se había convertido en un tumor enorme en la parte exterior de su hermoso rostro, y también bastante grande dentro de su boca. Se despertó a las 6 y media de la mañana de un lunes y noté que sus uñas meñiques se habían puesto azules. Sabía que el final estaba cerca.

La llevé a la cocina de mi mamá para darle un poco de jugo de naranja frío, ya que a ella le encantaba. Caminé alrededor de la pequeña mesa de la cocina y me apoyé en el fregadero para ver a mi pequeña beber su jugo. De repente, me miró, señaló cerca de mí y preguntó: "¿Quiénes son todas esas personas que están allí, mami?". Primero pensé que tal vez no la había escuchado correctamente, así que le pregunté qué me decía. Me repitió: "¿Quiénes son todas esas personas que están allí, mami?" Y de alguna manera supe que “ellos” habían venido a ayudarla, (y no, no soy persona religiosa o espiritual, por así decirlo). Rodeé la mesa para levantarla, dio un espasmo y entró en coma, del cual no se recuperó. Murió en el hospital local pocas horas después. Por supuesto, nunca nunca olvidaré este momento, y me ha dado un poco de paz.

Los informes de visitas de preparación para un viaje son consistentes con todas las metáforas de viajes vistas en capítulo anterior. Quizás los muertos, o nuestros vívidos recuerdos de ellos, de hecho vengan a "llevarnos lejos".

 La llegada de seres queridos fallecidos.

 Si bien las personas moribundas pueden describir ver a grupos de personas, lo más común es que identifiquen a un ser querido, generalmente un miembro de la familia, como si viniera a llevarles a “casa”, o a algún otro lugar.

Este ejemplo de Donna, es típico: “Era como si mi papá hablara con mi mamá (que había muerto diez años antes) por teléfono y yo solo escuchara el final de la llamada telefónica. Estaba tan emocionado y feliz. Era difícil creer que solo fuera imaginación. Algo muy real parecía estar pasando".

Las reuniones suelen ser alegres. No solo ofrecen consuelo a los que están muriendo, sino que también pueden tranquilizar a los que están cerca y que entienden lo que está sucediendo y no tienen miedo. Si bien estos "encuentros con personas, previos a la partida", no los vemos, a menudo son presencias vívidas para quienes los ven. "¿No lo ves ahí? ¡Ahi esta!"  preguntó y exclamó una madre de sesenta y ocho años a su hija, señalando al padre de la joven, quien había fallecido diez años antes. "Aquí está mamá, tengo que irme ahora", es la frase que escuché de varias personas. Los siguientes son algunos otros ejemplos que grabé:

“Estaba en la otra habitación y escuché a mi madre hablar y hablar. Me acerqué a ella y le pregunté que con quién estaba hablando. “con tu padre'', respondió. Mi papá había muerto hacía ocho años. Ella parecía tan feliz, y continuó diciendo: "Me siento mucho más tranquila ahora, mucho mejor".

“Mi mamá estaba hablando con mi padrastro, muerto unos años antes. Me dijo que se sintió mucho mejor cuando lo vio".

“Tuve un familiar que sufrió un paro cardíaco y sobrevivió al suceso. Tras ello, habló de ver a su papá, a nuestra abuela y tías, y cómo todos estaban parados allí, esperándola. Dijo que recordaba haberles dicho que no estaba lista, pero que los extrañaba y los amaba".

Otra persona, llamada Dorothy, me explicó que su esposo de sesenta y seis años, un veterano de Vietnam que murió después de larga lucha con los efectos del producto químico usado para desfoliar la selva vietnamita, conocido como Agente Naranja, en su última cena le preguntó por la mujer que había estado allí todo el día. Ella respondió que, en realidad, habían estado solos. Debido a que su esposo estaba muy medicado, a menudo tenía vívidos sueños, y Dorothy simplemente pensó que otro episodio de ésos. Él insistió, diciendo que ella había estado allí durante mucho tiempo, que era alguien a quien conocía bien, pero que no recordaba su nombre. (Su marido era terrible con los nombres). Él se levantó de la mesa, llevó su plato a la cocina, besó a Dorothy, (algo que no hacía normalmente después de una comida) y se fue a la habitación para echar una siesta de la que nunca despertó. Dorothy me dijo: “Ahora desearía haberle hecho preguntas, en lugar de descartarlas. Me reconforta pensar que alguien, a quien amaba mucho, vino a llevarlo a casa".

Si oye que un ser querido comienza a hablar de, o con un amigo o familiar fallecido, puede hacer preguntas y aprovecharse de ese momento, ya que puede ser una señal de que la muerte está cerca, como en el siguiente ejemplo. “Comenzó con mi madre contándome acerca de una niña moribunda que, en su lecho de muerte, había tenido visiones de ángeles y parientes fallecidos. Por un momento, la niña les habló, y luego dijo a las personas que estaban junto a su cama que no se preocuparan por ella, que tenía que irse ya. Y, a continuación, falleció".

Un relato de dominio público, sobre premonición de muerte, ocurrió con el fallecimiento del comediante Sam Kinison en una colisión frontal en el año 2009. Carl LaBove, el mejor amigo de Kinison, viajaba en una camioneta detrás de él, cuando ocurrió el accidente. La historia se publicó en varios medios, incluido el New York Times. Esto que relato proviene de Paul Luvera:

Al principio parecía que Kinison no había sufrido lesiones graves, pero en cuestión de minutos, de repente, empezo a decir, a no se sabe quién: "No quiero morir. No quiero morir". LaBove dijo más tarde [que] "era como si estuviera conversando con alguien invisible". “Luego hubo una pausa, como si Kinison escuchara a alguien y preguntó: "¿Pero por qué?". Y después de otra pausa, LaBove escuchó a  decir a Kinison, claramente: "Está bien, está bien, está bien". LaBove dijo que: “El último, 'está bien,' fue tan suave y en paz que seguro que cualquiera que fuera la voz que le hablara le debió dar la respuesta correcta y le relajó. Aquel, “está bien”, lo pronunció con tanta dulzura, que era como si hablara con alguien a quien amaba”.

 Ángeles y figuras religiosas

 Como ya mencioné en la introducción de este libro, una de las muchas frases que despertaron mi interés sobre las palabras finales (de los morbundos), fue una que pronunció mi padre, que era ateo, poco tiempo antes de morir. Mientras se acercaba a la muerte, anunció: “El ángel dijo: 'Basta. Eso es todo.Suficiente, es suficiente, nadie tiene la culpa. Vete ahora". Esto lo pronunció un hombre que nunca habló sobre ángeles; que, en todo caso, ridiculizó toda idea religiosa y creía, firmemente, que la muerte era el final. Sin embargo, tres días después, tal y como le dijeron los ángeles, fue suficiente, y mi padre falleció. ¿Cómo fue que mi escéptico padre vio ángeles? ¿Cómo sabía que iba a morir en tres días?

Si bien las visiones de anteriores fallecidos son las comunmente más mencionadas en los relatos y transcripciones de los moribundos, también hay referencias a ángeles y otras figuras religiosas. Por ejemplo, una persona informó de lo siguiente: "Mi abuela, que era mujer religiosa, me dijo que vio un autobús amarillo lleno de ángeles, y que se preparaban para abrir la puerta". Otra persona dijo de un individuo moribundo: "Incluso describió a Jesús por completo, hasta el punto de que me dio escalofríos".

Una enfermera de cuidados paliativos jubilada describió lo siguiente de uno de sus pacientes en sus últimos momentos:

“Lo sostenía en la cama de hospital, para que pudiera respirar mejor. Miró al techo y dijo: "¿Los ve?". Le respondí: “No, señor. Dígame lo que ve". Levantó el brazo derecho y señaló hacia arriba, diciendo: “Hay ángeles a lo largo de la parte derecha, y allá a la izquierda. Me tengo que ir ahora". Y llamó a su esposa, que lloraba en la cocina, diciéndole: “Carol, tengo que irme ahora, te quiero. Te veré de nuevo." Luego volvió a levantar su brazo derecho hacia el techo y dijo: "Mi Señor, mi Dios". Y se desplomó sobre mí. Se había ido.

 Música, campanas y  campanillas.

 También hay descripciones de música y hermosos sonidos en los relatos que la gente compartió conmigo. Por ejemplo, los siguientes:

 Mi madre, en su lecho de muerte, dijo que había música, con estas palabras: "Es la cosa más hermosa que he escuchado". Le aseguré que debían ser ángeles y tuve la triste sensación de que esta sería la última vez que estaríamos juntos en esta vida. Pude ver iluminarse su rostro y que se sentía atraída por esa música que escuchaba. Me sentí obligado a decirle que estaba bien, y que todos iban a estar bien, dándole permiso para irse. Partí esa noche y la vi sentada en la cama, diciéndome adiós con la mano. Falleció esa misma noche y aún se me humedecen los ojos recordando esto tras dieciocho años de su muerte.

 Otro relato: mi madre estaba en una sala de cuidados paliativos. Durante mi visita, estuvo muy comunicativa y mentalmente estable. De repente dejó de hablar, miró hacia la esquina de la habitación y me preguntó: “¿Escuchas esa música? ¡Es tan hermosoa" Le respondí: "No, mamá, no la oigo. ¿De qué música hablas?".

 He sido testigo de tres fallecimientos: el de mi abuelo, mi suegra y mi padre. Los tres hablaron de escuchar música hermosa que nadie más podía oir. El abuelo habló de un ángel cantando; mi suegra escuchó música ceremonial de nativos americanos, y papá que no podía hablar bien, dijo unas palabras musicales y movió la cabeza al ritmo de una melodía que yo no oía. Los tres fallecieron a las pocas horas [de escuchar la música].

 Animales, niños pequeños, y paisajes.

 Entre las visiones menos comunes descritas por personas moribundas se encuentran las que presentan animales, niños y paisajes. Algunas personas refirieron ver mascotas fallecidas y animales que, no siendo familiares, fueron tranquilizadores para el moribundo. Encontré referencias a perros, gatos y mariposas.

 Las mariposas, a menudo aparecen como símbolo del poder transformador de la muerte cuando nos despojamos del capullo de nuestros cuerpos, permitiéndose así el libre vuelo del espíritu. Funcionan como un símbolo de esperanza e inmortalidad en variedad de contextos, incluso en uno de los entornos más desalentadores imaginables. En Majdanek, un campo de concentración construido en Polonia durante la Alemania nazionalsozialista, cientos de mariposas se dibujaron rayando, con uñas y guijarros, las paredes de los barracones de los niños.

La yuxtaposición de grandes escenas de belleza, y momentos de pérdida y desesperación, ocurre a menudo en el umbral. En ocasiones, ante los moribundos aparecen escenas de paisajes indescriptibles. Lo no referencial aparece también en estas descripciones, como en expresiones que dicen: "Es tan hermoso". Rara vez veo descripciones vívidas de los paisajes que presencian los moribundos, pero sí hay asombro en ellos. Mi padre habló sobre la, "dimensión verde", que nunca me quedó muy claro a qué se refería.

Un hombre describió la experiencia de su abuelo de esta forma: "Dijo muy feliz, como si estuviera asombrado: ¡Mira, flores bonitas!".

Otra persona, llamada Lucía, compartió la descripción que hizo su  padre, de un hermoso bosque, que se extendía a través de la pared del hospital, con una puerta a cada lado del paisaje. Ella relató cómo había luchado su padre por saber por cuál puerta debía entrar. Les habló a sus hijas en su idioma nativo, el español, y les dijo: “Esa puerta no, abre la otra''. Finalmente, mi hermana le dijo: “Está bien, está bien”, y mi padre falleció".

 Hombres de negro, sombras y humo..

 Algunas veces surge la imagen de hombres de negro en las entrevistas y transcripciones del Proyecto “Palabras finales”, como en este ejemplo:

 Toda la semana había estado hablando de esos hombres de traje negro, parados en su habitación. Iba a ayudar al resto del personal a darle la vuelta, y antes de hacerlo ella dijo: "No me cambies. Esos hombres me esperan". Le preguntamos por qué estaban allí, y qué querían. Ella dijo: "Quieren llevarme". Intentamos arreglarla sin darle la vuelta por completo, y quedó bien. Luego, horas más tarde, se volvió y tomó su último aliento.

 Madelaine Lawrence informa que aunque no es tan prominente como otras visiones en el lecho de muerte, la Parca y otras imágenes oscuras aparecieron en su investigación sobre visiones del final de la vida y las cercanas a la muerte. No parecen ser tan relevantes, pero existen. Por ejemplo, el de una mujer cuyo marido estaba muriendo por cáncer de hígado en etapa terminal. Según informes, su esposo vio gente sombría al lado de su habitación. En su caso, dijo que eran de 12 a 20.  El esposo le pidió irse de viaje con la esperanza de deshacerse de las sombras, pero volvió a verlos en el hotel en el que se alojaron. Se mudaron a la casa de un familiar, pero las figuras de sombrías los encontraron. El marido no podía decir si eran entidades buenas o malas, pero les tenía miedo.

 Este otro relato que me proporcionó Christine Zagelow está lleno de imágenes de humo, lo invisible, el perdón y una misteriosa referencia a algo que aún no se puede compartir:

 Ella dijo: "¿De dónde viene el humo?". Yo respondi que no veía humo. Comenzó a intentar agarrar el aire frente a ella. Le pregunté qué estaba haciendo, y dijo que traataba de capturar las chispas de luz que había en el humo. Luego empezó a decir: "El humo, el humo, ¿no ves el humo? El humo está por todas partes". Su voz parecía diferente, muy clara, pero diferente. Dijo que le ardían las entrañas, y que sentía como si tuviera humo en la sangre. Pensé que tal vez le estaban quemando el cáncer para dejarla libre de la incomodidad que tenía. El ardor pareció resolverse por sí solo. Luego comenzó a contarme una visión que podía ver sobre el televisor.

[En esa visión], un hombre se paró frente a la iglesia con un sombrero de cocinero. Le pregunté si pensaba que era el abuelo, (es decir, su padre), y me dijo que no lo sabía. Entonces, mi mamá dijo: "Sabes, ya no puedo verte, la habitación está muy oscura". Mamá se volvió hacia mí y me dijo que yo era lo único que podía ver, que nunca me había visto tan hermosa. Me dijo: “Estás completamente rodeado de luces blancas. Son las luces más brillantes que jamás haya visto. Brillas totalmente". Mi madre y yo nos dijimos cuánto nos amamos. Ella puso las manos delante de la cabeza y empezó a hacer la forma de un cuadrado, o un círculo, como para capturar algo. Le pregunté qué estaba haciendo y trató de explicarmelo pero sus palabras empezaron a volverse poco claras. Sacudió las manos y dijo: "Te lo contaré más tarde".

 Visiones,  frente a alucinaciones.

 De todas las comunicaciones sobre el final de la vida, las visiones en el lecho de muerte han sido las más estudiadas a lo largo de los siglos por toda una serie de investigadores. Las historias sobre las últimas palabras a los seres queridos fallecidos y figuras de todo tipo, junto con descripciones de hermosos paisajes o arquitectura, aparecen a lo largo de décadas. Se han documentado y compartido cientos de historias sobre esta forma de comunicación no referencial y, sin embargo, sorprendentemente como cultura, es ahora cuando comenzamos a conocer, y reconocer, estas visiones y las palabras que las describen como parte del ámbito que la gente percibe al morir.

Hay un mundo en el que los moribundos parecen entrar y que, a veces, brevemente se comparte con nosotros. Un estudio de investigación de 2014 del “Centro para enfermos terminales y cuidados paliativos”

demostró que los sueños, y visiones al final de la vida, son comunes. El ochenta y siete por ciento de los participantes del estudio informaron  de sueños o visiones; El 72 por ciento de ellos implicaron reuniones con seres queridos fallecidos, mientras que el 52 por ciento de las visiones estaban relacionadas con temas de preparación para ir a algún lugar. Las visiones aparecieron meses, semanas, días u horas antes de la muerte y, por lo general, disminuyeron el miedo a morir entre quienes las experimentaban, facilitando su transición de la vida a la muerte.

 Si bien es común que las personas experimenten malestar, miedo, ansiedad y agitación antes de morir, “el miedo a la muerte de una persona a menudo disminuye como resultado directo de las visiones o sueños previos a la muerte, y lo que surge de ellos es una nueva percepción de la mortalidad. Esas visiones y sueños no niegan la muerte pero, de hecho, trascienden la experiencia de morir".

Este conocimiento se está aceptando en el campo médico, como lo ilustra esta entrada sobre la muerte que aparece en el principal recurso en línea conocido como WebMD, corporación estadounidense conocida principalmente como un editor en línea de noticias e información relacionada con la salud y el bienestar humanos. En ese sitio se afirma que: “Las alucinaciones y visiones, especialmente de seres queridos que se han ido, pueden ser reconfortantes. Si ver y hablar con alguien que no está allí hace más feliz a la persona que está muriendo, no es necesario que intentes convencerla de que no es real. Puede molestarlos y hacer que discutan y peleen contigo".

Los profesionales de la salud me dicen que las visiones en el lecho de muerte son cualitativamente diferentes de las alucinaciones que resultan de medicamentos o drogas. Las alucinaciones incluyen imágenes de animales, insectos en las paredes, dragones, figuras como demonios y visiones de personas que son críticas con los moribundos, pero que desconocen. La mayoría de las alucinaciones se describen como molestas, a veces aterradoras y fáciles de controlar con cambios de medicación. Es más probable que el paciente olvide las alucinaciones y se producen cuando el paciente no está lúcido. Pero las visiones, a diferencia de las alucinaciones o el delirio, suelen ocurrir en pacientes que son conscientes de su entorno y están lúcidos, y estos pacientes a menudo recuerdan sus visiones con claridad. La enfermera e investigadora de cuidados paliativos Madelaine Lawrence me explicó durante una entrevista que cuando los pacientes tienen visiones en el lecho de muerte, pueden “moverse entre mundos con lucidez y facilidad, y esta capacidad no existe cuando un paciente está muy influenciado por alucinaciones inducidas por drogas".

 Vimos en un capítulo anterior, que algunas personas moribundas que tienen la capacidad de moverse entre "mundos" expresan esto con oraciones híbridas, es decir, que mezclan el mundo real con el otro mundo. Por ejemplo, una persona podría decir: "Consígueme lápiz y papel", refiriéndose a un lápiz y papel de la vida real, y luego decir: "Necesito escribir los nombres de todos los que asistirán a la gran fiesta esta noche", cuando no hay fiesta real y los asistentes enumerados han fallecido. La persona parece ser consciente tanto del mundo que conocemos, como del que no vemos. Los investigadores han determinado que los moribundos hablan a las figuras de sus visiones con oraciones completas, mientras que esto no sucede con frecuencia cuando las personas tienen alucinaciones. Mis transcripciones y relatos confirman este hallazgo. Muchos seres queridos informaron haber escuchado a sus seres queridos tener conversaciones complejas con amigos y familiares fallecidos.

Martha Jo Atkins, educadora y consejera en materia de fallecimiento, identificó las siguientes características asociadas con las visiones de los moribundos: experiencias trascendentes, una necesidad de irse, compañía personalizada, comunicación con personas invisibles, consuelo positivo y un proceso de comprensión.

Tanto Lawrence, como Atkins, nos animan a tener una "consideración positiva" por la experiencia de la persona moribunda, incluidas las visiones que pueda tener. Lawrence me explicó que es importante que "validemos la experiencia" ante el moribundo. La persona puede estar viendo amigos o parientes fallecidos, ángeles, figuras religiosas, animales u hombres vestidos de negro, o puede estar escuchando música hermosa. Es importante reconocer la experiencia de la persona moribunda, aunque no compartamos esa experiencia. También recomienda, encarecidamente, que apoyemos a nuestros seres queridos animándoles a hablar libremente sobre lo que están viendo. En nuestra entrevista,  Lawrence señaló: "Cuando una persona está muriendo, antes de irse quiere estar conectada emocionalmente con quienes están cerca de ella".

 Dando por sentado que estas visiones existen, y que tienen cualidades que las hacen significativamente diferentes de las alucinaciones que resultan de drogas y medicamentos, todavía queda la pregunta de si son simplemente trucos de un cerebro que se muere o, en realidad, representan la existencia de ángeles o espíritus que vienen a ayudarnos a hacer la transición al más allá. ¿Podría ser que, de alguna manera, estemos programados biológicamente para tener estas visiones reconfortantes en un momento que, de otra manera, podría ser aterrador, al igual que ocurre cuando nuestros cuerpos se inundan de endorfinas o experimentan un choque entumecedor ante el experimento de una herida grave?

 Mi amiga y antigua colega, la Dra. Erica Goldblatt Hyatt , y yo, discutimos esta pregunta. Erica dijo: “La programación evolutiva tiene como objetivo aumentar nuestra supervivencia, ¿verdad? Entonces, ¿por qué no estaríamos programados, biológicamente, para encontrar consuelo, o incluso trascendencia, ante la muerte?". Y siguió diciendo: "Si hablamos de funcionamiento biológico puro, ¿acaso no se seleccionaría nuestra supervivencia por rasgos que no constituyen una experiencia de muerte pacífica y reconfortante?". Su pregunta es buena. ¿Es posible que la muerte represente un proceso enteramente metafísico en el que todas las reglas que podrían aplicarse a nuestro cuerpo físico, y a la supervivencia del más apto, se abandonen completamente, por otra cosa? ¿Dejamos atrás el mundo físico y todas sus reglas, incluidas las del lenguaje literal, para entrar en otro mundo que solo podemos percibir si miramos desde el umbral entre la vida y la muerte?

 Isabelle Chauffeton Saavedra, médium psíquica, investigadora y escritora, se crió en una familia de científicos y tiene sólida base en física y matemáticas. Ha pasado su vida reconciliando los dos polos de su vida: su formación científica, y su trabajo psíquico.

Una de las muchas formas en que ella entiende sus propias capacidades psíquicas y mediúmnicas es, como me explicó, a través de la comprensión de nuestro mundo natural. Y lo cuenta así: “Hay un universo que no vemos, pero esto no significa que no exista. Si nos fijamos en el reino animal, por ejemplo, muchos animales tienen acceso a información que nosotros no tenemos. Nuestros sentidos procesan solo una pequeña parte de la información que existe en el universo".

 De hecho, Isabelle tiene razón. Considere toda la información que otros animales perciben y que nosotros no podemos. Las mariposas pueden ver marcas ultravioleta en otras mariposas, lo que les permite encontrar parejas más saludables. Los renos dependen de la luz ultravioleta para encontrar comida e identificar fácilmente la orina de un depredador en la nieve que absorbe  y refleja los rayos ultravioleta. Los pétalos amarillos de la planta Rudbeckia hirta comunmente llamada “ojos negros de Susan” en norteamérica, tienen marcas ultravioletas que forman una diana en el centro de cada flor, lo que atrae a las abejas. Varios animales usan la ecolocalización tanto para navegar como para cazar. Emiten sonidos de alta frecuencia y los “ecos” de estos sonidos ayudan al animale a formarse imágenes del paisaje. Algunas especies, como los peces eléctricos y las anguilas, se ecolocalizan mediante impulsos eléctricos. Usando sus voces para la ecolocalización, los murciélagos pueden volar con rapidez y precisión. Muchos animales perciben y responden al campo magnético terrestre. Especies que van desde hámsteres, salamandras, gorriones y truchas arcoíris hasta langostas espinosas y bacterias se relacionan con el campo magnético.

El factor terapéutico de las visiones, en el proceso de morir.

Si bien los seres humanos viven en un mundo dominado por la vista y el sonido, las feromonas son una fuente primaria de información para muchos animales. Estas sustancias químicas comunican variedad de cosas, desde estrés y alarma hasta peligro y fertilidad sexual. Las hormigas tienen de diez a veinte feromonas que utilizan para estructurar su sociedad y, en realidad, se comunican a través de la liberación de esas feromonas como si construyeran palabras de una oración gramatical.

 La comunicación y la información se presentan de muchas formas en todo el reino animal. El lenguaje y los sentidos humanos ocupan solo una parte del espectro de lo que es perceptible.

La investigación de Kenneth Ring, y Sharon Cooper sobre los ciegos sugiere que los seres humanos tienen, potencialmente, un sentido o percepción expandido cuando están "fuera del cuerpo". También sabemos que ciertos cambios en nuestro cuerpo pueden influir, e incluso expandir, nuestra percepción, como ocurre en los estados de trance, o estados alterados de conciencia  e iluminación.

 Un ejemplo fascinante de cómo una leve degradación de nuestros sentidos puede llevar a percepciones expandidas es el del artista y pintor Claude Monet. A medida que el gran artista crecía, desarrollaba cataratas. Carl Zimmer escribe: "Después de años de tratamientos fallidos, a los 82 años accedió a que le quitaran por completo el cristalino del ojo izquierdo". Una vez que le quitaron esa lente biológica que tenemos en el interior del ojo, los pigmentos de tono azul de los ojos de Monet captaron “algo de la luz ultravioleta que rebotaba en los pétalos. Y empezó a pintar las flores con un azul blanquecino ". En parte, esto es lo que asociamos con la brillantez de Monet: fue capaz de brindarnos una visión del mundo que a menudo no se observa.

 Isabelle Chauffeton Saavedra me dijo:

“Cuando hago visiones remotas, o lecturas psíquicas, trato de obtener toda la información incrustada en el tejido del universo. Hay tanto que no percibimos con nuestros sentidos, pero ¿significa eso que no existe?

Un ejemplo de esto fue una lectura que hizo para la familia que tenía un joven en coma. Siguiendo su método de trabajo, le dijo a la familia que no quería información previa de ellos, porque no quería nada que le impidiera recibir "información pura". Cuando meditaba, escuchó la frase: “martes, viernes, martes, viernes”, en la voz de un hombre. No tenía sentido para ella en ese momento, pero más tarde se enteró de que esos eran los días en que lo visitaba su familia. “Este tipo de cosas sucede todo el tiempo”, explicó. Sin contexto, esas palabras tenían poco sentido, igual que lo que le ocurrió a Malynda Cress cuando describió como ininteligible aquello que vimos antes sobre lo del paciente diciendo, "Háblame de los pájaros".

 Isabelle afirma que: "La información que parece absurda es, probablemente, la información más poderosa, porque es la información que mi mente analítica no filtra ni comprende". Me dijo que cuando lee, está tratando de obtener información del reino de lo invisible. “Todo lo invisible es información incrustada en el tejido del universo. El papel del psíquico es aprovechar eso ".

Isabelle y otros psíquicos que entrevisté explican que la información de, y sobre los que han muerto, se encuentra en ese vasto campo no percibido por el cerebro tridimensional de cinco sentidos, el cerebro que procesa el lenguaje.

Isabelle parafraseó a Antoine-Laurent Lavoisier, un químico francés del siglo XVIII: "Nada se crea, nada se pierde, todo cambia a otra forma". Ella afirmó: “Lo que dijo estaba destinado a aplicarse a la química en ese momento, pero en realidad es el principio fundamental de nuestro universo. Tus seres queridos estuvieron aquí, al principio de todo, como tú, y todavía están".

Sabemos que percibimos solo un campo limitado de información, dados nuestros cinco sentidos. Isabelle sugirió: “Hay cosas que tienen sentido para los moribundos, no para los demás, que están a medio camino entre lo material y lo inmaterial. Los moribundos tienen una visión completa del mundo de lo invisible".

 ¿Venimos del vasto universo de lo invisible? ¿Volveremos a él? ¿Puede nuestro lenguaje rastrear el camino de este mundo, tridimensional, al otro? Quizás el lenguaje no referencial de los moribundos sea la pista de que puede hacerse.

MASCOTAS DEL MAS ALLA. Señales de que es hora de dejarla ir


De la mano de Kristy Robinett, medium norteamericana, veamos estos casos de animales y posvida.

Caso MMA 2.1. Indy: la yegua conectada.

Nuestras mascotas pueden darnos señales desde el Otro Lado para avisarnos de que están cerca. Puede que no siempre sea obvio, o trascendental pero, de hecho, podrías pedirles una señal específica. En ese caso, ten paciencia.

Estefanía creció en la ciudad, con sus grandes luces y calles ruidosas. Estaba en la universidad cuando su compañera de cuarto, Lucía, la invitó a ir a su casa un fin de semana. Fue entonces cuando se enamoró del país.

"¿Tienes caballos?" preguntó con asombro a Lucía.

“Caballos, burros en miniatura, gallinas y patos también”, enumeró la compañera de cuarto.

Ese fin de semana, Estefanía cambió sus pantalones de diseño y costosas botas de cuero por monos de trabajo y botas de goma. Sostuvo gallinas, montó a caballo y acarició burros. Se rió de las tontas aventuras de los patos persiguiendo a la nueva camada de gatitos por el establo, y ni siquiera le importó ensuciarse las uñas. No es que Estefanía tuviera un comportamiento raro, simplemente es que era diferente, y sentía que respiraba mejor aquí, reía más fuerte e incluso tenía más apetito.

"Es el aire del campo", se rió la madre de Lucía cuando Estefanía se disculpó por tomarse unos segundo y luego un tercer plato de comida durante la cena.

Estefanía se propuso la meta de llegar a ser dueña de un pequeño pedazo de aquel país al graduarse, pero aunque tengas un propósito, eso no significa que la vida te lo facilite. Estefanía pasó todo el tiempo que pudo lejos de la ciudad, de su sofocante apartamento en un décimo piso. Conducía por el campo y  se detenía en los caminos para admirar la tranquilidad de lo que sentía que era un pedacito de cielo.

Quince años después de la universidad, la encontramos con un esposo que la apoyaba, tres hijos, y su sueño al alcance de la mano. Finalmente firmó los papeles de compraventa que le abrían las puertas a su nuevo hogar, que incluía un tendejón con funciones de granero, varios edificios, y poco más de 12 hectáreas de terreno. El trato también incluía tres caballos, gallinas y dos pequeños burros.

Al principio le horrorizó que los dueños le entregaran los animales así, sin más, pero las circunstancias de la parte vendedora eran bastante tristes. El esposo, y sostén de familia, había sido diagnosticado de esclerosis lateral amiotrófica, enfermedad degenerativa neuromuscular que lleva, irremediablemente, a la muerte en su etapa final. La pareja vendedora no tenía hijos a quienes poder pasar la explotación de la granja, o que les ayudara en los quehaceres de lamisma, por lo que pensaron que era mejor vender todo en un paquete. Después de tener varias ofertas, vieron que Estefanía y su familia no solo cuidarían bien de la casa que amaban, sino también de los animales que apreciaban.

“Pueden visitarnos en cualquier momento”, dijo gentilmente Estefanía a los vendedores, quienes le agradecieron el detalle mientras intercambiaban los números de teléfono.

Mudarse de casa es un obstáculo estresante, pero hacerlo, y  a la vez tener que cuidar del ganado, es todavía más caótico. Pero Estefanía y su familia se las arreglaron, trabajaron en equipo, junto con amigos, y lo lograron, asegurándose todo el tiempo de que los animales fueran alimentados, bañados, cepillados y amados. A medida que los días se convirtieron en meses, y los meses en años, la familia se unió sentimentalmente a los animales y éstos con la familia, también. Todas las mañanas, antes del trabajo, Estefanía iba al establo para hacer sus quehaceres, en busca de su ratito de felicidad. Amaba a cada uno de los animales, pero había una yegua con la que se vinculó de inmediato. Su nombre era, Indy.

Indy tenía doce años, ojos color chocolate y un sedoso color marrón. Tenía algunos problemas crónicos, pero nada que no fuera manejable según el veterinario. Parecía feliz y juguetona, sin importar la hora del día. Indy sirvió de madre a los demás animales, incluso a los burros, que a menudo eran un incordio.

Una cálida mañana de septiembre Estefanía notó que Indy no era la misma. Cuando fue a ofrecerle unas caricias tras las orejas, Indy retiró la cabeza. Estefanía se dio cuenta de que la yegua no había comido, y cuando hizo que todos los animales se levantaran y salieran, Indy permaneció en el establo.

"Estoy preocupada por Indy", dijo Estefanía a su esposo cuando entró en casa. "Llamaré al veterinario".

El esposo de Estefanía bromeó diciendo que Indy probablemente solo estaba de mal humor, pero ella sospechaba que había más. El veterinario no encontró nada malo, le pidió que vigilara sus hábitos alimenticios y que le llamara al día siguiente para informar.

"Probablemente solo esté de mal humor", dijo el veterinario, coincidiendo con su marido.

Pero Estefanía no podía deshacerse de su intuición  y sacó el número de teléfonode los anteriores propietarios. No había tenido noticias de ellos desde el día en que recibió las llaves de la propiedad, lo que le sorprendía. Estaba segura de que después de todos los años que habían pasado con los animales alguna vez vendrían a visitarlos. Su esposo razonó que podrían haber pensado que era demasiado doloroso volver a lo que ya no es tuyo, y que a veces una ruptura definitiva en la mejor solución. Cuando nadie contestó a su llamada telefónica, Estefanía decidió ir a ver qué pasaba.

Estefanía sentía que había algo que la molestaba, así que condujo hasta la residencia de personas con necesidades de cuidados, lugar al que se habían mudado los anteriores propietarios. En el mostrador de recepción preguntó por la señora, y la empleada la miró de reojo, con cierto aire extraño. Contestó:

"La señora Hart está en el comedor”, y señaló a la izquierda. Estefanía dio las gracias, y siguió las indicaciones al comedor sintiendo, de repente, una profunda tristeza.

La Sra. Hart estaba sentada sola, en una mesa, sin expresión alguna, sin nada frente a ella, mirando sin ver hacia el televisor que mostraba en voz alta un popular programa de la tribunales.

"¿Señora Hart?” Preguntó Estefanía tocando suavemente su hombro para no asustarla.

La Sra. Hart por un momento pareció sorprendida, pero la reconoció. Le pidió que tomara asiento, y se dirigió a un residente para que bajar el volumen del televisor, cosa que éste hizo en grado casi inapreciable, pero suficiente para que pudieran conversar.

Estefanía preguntó por su marido mientras miraba enrededor por si es estaba allí, y no lo veía.

La Sra. Hart bajó  la mirada hacia a la mesa, sin reaccionar antes de hablar, y dijo "está en coma, con soporte vital. Tengo que tomar una decisión hoy”, tratando de contener la emoción.

Estefanía tenía un millón de preguntas, pero sabía que no era asunto suyo.

"¿Puedo hacerte una pregunta algo rara?"

La Sra. Hart agarró la mano de Estefanía y preguntó a su vez: "¿Cómo están mis hijos?".

Estefanía tardó un segundo en darse cuenta de que se refería a los animales. "Por eso estoy aquí, Sra. Hart. Indy está actuando de forma extraña,  aunque no tiene nada malo".

“Oh, Indy. Indy era la favorita de Walter". La Sra. Hart sonrió. "No se supone que tengas que tener  favoritos, lo sé, pero los dos tenían una conexión especial. Siempre estuvo llena de vida, pero pude ver que cuando la enfermedad de Walter empeoraba, Indy reaccionaba. Había una conexión espiritual".

Estefanía asintió, entendiendo ahora por qué Indy actuaba de esa manera, y señaló: "Creo que el espíritu del Sr. Hart podría estar con Indy, y ella lo ve".

"No sé cómo voy a vivir sin él", dijo la Sra. Hart, ignorando las palabras de Estefanía.

"Usted es bienvenida en cualquier momento. La invitación que le hicimos sigue en pie. Incluso puedo venir a recogerla para llevarla a casa. ¿De acuerdo?", dijo Estefanía levantándose y abrazando a la Sra. Hart.

Con solo una respuesta de asentimiento, Estefanía regresó a la entrada, en donde la recepcionista le preguntó si había encontrado a la Sra. Hart.

"Si. Me siento tan mal porque el Sr. Hart esté en soporte vital y ella tenga que tomar  la decisión de desconectarle. De todos los días posibles, precisamente tuve que venir hoy”.

La recepcionista la miró de nuevo con aquel aire particular, y dijo: "Se supone que no debo decir esto, pero el Sr. Hart falleció anoche. La Sra. Hart lo sabe. Creo que está un poco ida".

Antes de que Estefanía pudiera reaccionar, sonó su teléfono. Era su marido, que le pedía que regresara a casa de inmediato. Había ido a ver cómo estaban los caballos y descubrió que Indy había fallecido.

No había razón para ello, pero Estefanía asumió que Walter e Indy ya estaban juntos, aunque eso no la ayudó en el duelo.

"Sé que está en el cielo, donde el clima siempre es cálido y hay pasto verde que comer y recorrer. Hay arroyos de agua fresca para que beba y salte y, aún así, estoy triste", me dijo Estefanía durante su sesión.

 Unas fechas más tarde, Estefanía vino a su sesión mediúnica para visitar a su abuela, que había fallecido recientemente, pero en cambio fueron Walter e Indy quienes se presentaron.

Walter se sintió terrible, y juró que no le robó Indy a Estefanía ni a su familia. Indy y Walter simplemente tenían una conexión psíquica tal, que cuando Indy ya no lo sintió en lo físico, también deseó alejarse.

"Creo que Walter la visitó desde el Otro Lado antes de que muriera, por eso estaba actuando de manera extraña. Probablemente no sabía cómo decírtelo, y la decisión también fue difícil para Indy".

"Por eso se alejaba de mí", reflexionó Estefanía. "Yo también la amaba".

"Indy, lo sabe".

 No importa si amaste durante un día o años; el amor y el dolor no tienen horario.

“Sin embargo, tienes que seguir amando. Vuelve a montar a caballo, y cabalga ".

Estefanía me puso los ojos en blanco.

"No puedo evitarlo, es mensaje directo de Walter, y yo solo soy la mensajera".

Ambas nos reímos.

"No te sorprendas, si tanto Walter como Indy se manifiestan a los otros animales", advertí.

"Oh, ya sé que eso ha sucedido, y lo encuentro tranquilizador".

"¿Y qué pasa con la paloma?" Pregunté a Estefanía mientras mis guías seguían mostrándome una paloma sentada en lo alto de un alambre. La imagen no desaparecía, así que recé para que tuviera sentido para ella.

Estefanía sonrió. “Después de que el veterinario vino y se llevó a Indy, me senté afuera mirando la puesta de sol, cuestionándome si había tomado una decisión horrible al mudarnos aquí. Entonces vi la paloma. Nunca la había visto antes, y sé que las palomas tienden a venir en parejas, pero esta no. Ella simplemente se sentó en la cerca, y me miró. Me invadió una extraña sensación de consuelo y supe que tendría que dejar de dudar. De vez en cuando regresa, la mayoría de las veces cuando me asalta la duda".

 Estefanía cumplió la promesa que hizo a la Sra. Hart, y una vez al mes la iba a buscar para llevarla a la granja. La Sra. Hart se convirtió en abuela sustituta de su hijos, y los animales estaban encantados de tenerla cerca. Esto también ayudó a todos cuando, cada uno, tuvo que enfretar las diferentes penas que trae la vida.


MASCOTAS DEL MAS ALLA. Regalos del otro lado. SEGUNDA PARTE

 


CAPÍTULO 10. REGALOS DEL OTRO LADO

SEGUNDA PARTE

>> La gatita de nombre “Feliz” <<

Faina, viuda y madre de dos hijos, se sentó contemplando el parpadeo de las luces de adorno, deseando sentir un poco de alegría navideña. Toda su alegría se había esfumado desde hacía un par de meses, cuando recibió la noticia de que su esposo, un soldado del cuerpo militar conocido como,  Boinas Verdes, había muerto en el extranjero en lo que el Ejército definió como un accidente. Después de varias movilizaciones de su marido, todas por Oriente Medio, su familia estaba acostumbrada a las ausencias de Derek, pero nunca imaginaron que un día no volvería a casa.

La tranquilidad de la madrugada fue interrumpida por un sonido extraño en el porche delantero.

"Entre", gritó Faina, pensando que era alguien de la familia de Derek, o de la de ella, que venían a asegurarse de que se levantaba de la cama. Era más fácil permanecer escondida bajo las sábanas, fingiendo y deseando que  todo no fuera real. Pero el ruido continuó, así que, de mala gana, Faina se levantó para inspeccionar la puerta y se encontró con un gatito blanco, aprisionado por la puerta de la mosquitera, y tiritando. Faina la abrió, se inclinó y recogió el bulto peludo. Miró a su alrededor, pero no había nadie más. El minino se acurrucó en el cuello de Faina ronroneando justo cuando el resto de la familia bajaba corriendo la escalera para comenzar la fiesta de la mañana de Navidad.

"¡Un gatito!", exclamó Dakota, su hijo de cinco años. Y preguntó: "¿Papá Noel trajo un gatito?"

Faina respondió: "Creo que está perdido, Dakota. Necesitamos encontrar a su dueño".

Pero Dakota no escuchaba. Suavemente tomó el gatito de su mamá.

“Apuesto a que papá nos lo envia. ¡Deberíamos llamarlo Derek!".

Y Dakota bailó por toda la habitación, ignorando los regalos que había bajo el árbol de Navidad.

"No lo llamaremos Derek, bobo", dijo Raquel, su hija de 12 años, mientras acariciaba al gatito detrás de las orejas. "Nunca habrá otro papá. Además, es una niña".

"No podemos nombrarla nada, porque no es nuestra", regañó Faina.

Raquel respondió: “Creo que sí que lo es, mamá. Creo que papá la envió. Deberíamos llamarla, Feliz. Papá quería que fuéramos felices, y esto es un recordatorio".

"Hola, Feliz", susurró Dakota, acariciando a la gatita.

Ante aquello, Faina puso los ojos en blanco, pero la gatita, ciertamente, se adueñó de la casa como si ya le perteneciera. Y se acurrucó en el sofá para echar una siesta mientras los niños corrían hacia el árbol de Navidad para abrir sus regalos.

 Después de que se abrieron los regalos, Faina miró los anuncios de animales perdidos en su ordenador, pero ninguno coincidía con la  gatita blanca, con ojos azul grisáceo. Dudando en poner un anuncio de animal encontrado por preguntarse si aquello sería un mensaje de su esposo, acabó descartando esa idea y escribió:

“Encontré gatito blanco con orejas grises en la puerta. Aproximadamente seis semanas de edad. Sin collar. Contácteme si es suyo”. Para facilitar la ubicación, agregó las direcciones de las calles transversales a la suya. Pero no hubo llamadas ni correos electrónicos, solo amigos en Facebook señalando que tenía que ser un regalo del cielo.

De nuevo escéptica, a la mañana siguiente Faina se lo llevó a su veterinario. Actuó como si tuviera tiempo para eso, aunque también se frustró pensando que la familia volaba para asistir al funeral, y su casa estaba hecha un desastre por las vacaciones. Y así y todo, estaba sentada en la sala de espera con la gatita contenta, posada en su regazo.

"No hay chip identificativo", confirmó el veterinario  tras escanear la espalda del minino. “Y no está castrada, en realidad es demasiado joven para estarlo. ¿Puedo decirte algo, Faina?

Faina levantó la mirada hacia el veterinario.

"Sé que suena extraño, y todo lo demás pero, ¿no crees que esta es la forma en la que Derek te diría que está bien?".

Faina se rió. Era lo que todos le decían, pero escuchárselo decir a un profesional parecía aún más extraño, aunque difícil de ignorar.

"Si alguien viene con un justificante de propiedad, te lo haré saber pero, honradamente, no creo que eso suceda. Creo que este es tu regalo del cielo".

Faina se lo pensó un momento antes de preguntar. Se sentía tonta, pero era algo que pesaba en su mente. "Doctor ¿Cree que los humanos se reencarnan en animales? Quiero decir, ¿cree que este es Derek? Y con esto, Faina  se sintió aún más ridícula por las palabras que salían de su boca.

El veterinario quedó pensativo un momento, y comezó diciendo: "Permíteme decir primero que me criaron como católico, por lo que la idea de la reencarnación no es algo de lo que se hablara ni se aceptara en nuestra casa". El doctor rió cuando apostillo: "Eso de la reencarnación fue algo que mi madre dijo que creó Shirley MacLaine".

Ambos rieron antes de que el veterinario continuara diciendo: "Pero, he visto milagros, y he visto rarezas inexplicables que no puedo entender. Me han hecho darme cuenta de que no lo sé todo, y probablemente no lo sabré hasta que esté allí, en el Otro Lado, y pueda preguntarle al Gran Tipo: chico, tengo algunas preguntas. Sin embargo, no creo que los humanos regresen como animales. Creo que las almas humanas nos envían animales. En algunos mitos de los indios americanos se cree que el alma de un ser querido puede enviar una forma de animal para enviar amor y mensajes. Algunas almas envían mariposas, otras pájaros o ardillas. Tú tienes una gatita. Creo que nuestros seres queridos, incluidos nuestros animales del pasado, pueden afectar o influir aquí. Incluso pueden mostrar personalidades o actitudes similares. Posiblemente podrían ser un canal para comunicarse con los ausentes, a través de ellos".

En estos momentos, el veterinario parecía un tanto fuera de lugar, así que preguntó si podía compartir algo en confianza, a lo que Faina asintió con curiosidad.

“Fue aproximadamente un mes después de que mi madre falleciera, cuando un paciente llegó con un gatito que no podía mantener, y me preguntó si podría encontrarle un hogar. Este gatito tenía los ojos azules, los más azules que he visto, al igual que los tenía mi madre, y por un breve instante pensé: puede ser. Mi mamá era increíblemente tímida y distante, al igual que ese gatito. Terminé adoptándolo. Mi esposa me dijo que le pusiera el nombre de mi madre, pero pensé que era horrible, y si mi mamá pudiera rondarme seguro que lo haría por eso. Así que no lo hice. No creo que fuera mi mamá, pero creo que mi mamá me regaló a Toby, que es el nombre que le puse. Creo que la gatita que llamas, Feliz, es tu regalo de Derek. Realmente lo es".

Faina agradeció al médico su sincera confesión y consejo. Llevando a Feliz en sus brazos regresó a casa y borró el anuncio de gatito encontrado. ¿Cuántas veces le iban a decir que el gatito era un regalo del cielo, antes de que ella se lo creyera?

 Faina tuvo una cita conmigo, justo antes del primer aniversario del fallecimiento de Derek. Derek apareció en espíritu y me dijo que le preguntara a Faina cómo estaba la gatita. En respuesta, Faina se rió. No necesitaba la validación, pero fue agradable escucharla de nuevo.

"También quiere que le preguntes a Raquel sobre la nota, porque eso puede aclarar un poco las cosas".

Faina meneó la cabeza, confundida, pero prometió que le preguntaría a su hija, después de la escuela.

"Derek también juega con el gatito", le dije. "Y con la electricidad". Y como si fuera una señal, el teléfono de Faina decidió apagarse y encenderse de nuevo, haciéndonos reír.

 Faina no quería decirle a Raquel que visitó a una médium así que, sin mencionarme, le preguntó si sabía algo sobre una nota y su padre. Raquel se sonrojó y dijo:

“Dejé una nota a papá, en el ataúd, y le pedí que me enviara un gatito. Sé que fue estúpido, y realmente no pensé que lo haría. ¿Cómo lo supiste?"

Faina evitó la respuesta, y se rió, y le preguntó que qué más le pidió. Raquel con una risita la abrazó, y dijo: "Le pedí que te hiciera feliz de nuevo".

 Las, digamos eufemísticamente vacaciones en vez de ausencias por fallecimiento, pueden ser muy duras. Incluya a sus seres queridos del Otro Lado, a mascotas y personas por igual, en sus festividades navideñas.

En un lugar tranquilo y cómodo, siéntese cerca de una foto de ellos. Mantenga una conversación con ellos, cuénteles sobre sus días y dígales todo lo que necesita, o desea decir. Escuche, recuerde el sonido de su voz, cómo hablaban, cómo le hacían sentir cuando estaba cerca de ellos.

Las vacaciones, los aniversarios, los cumpleaños y las celebraciones especiales tienden a abrir las cicatrices que pensabas tener sanadas, pero nuestros seres queridos no quieren que vivamos en el pasado, sino que les recordemos. También quieren que los incluyamos en nuestro presente. Eso, en sí mismo, es el mejor regalo que podemos darnos, y darles.

MASCOTAS DEL MAS ALLA. Regalos del otro lado. PRIMERA PARTE

 

En esta entrega vamos a tratar de los animales y la otra vida. Y lo haremos de la mano de un libro de Kristy Robinett, medium norteamericana que ha escrito una decena de libros sobre la posvida. Uno de ellos, para mi bastante sugerente, trata de las mascotas en relación con la otra vida. El título en español sería algo así como, "Colas desde la Posvida", historias de señales, mensajes e inspiración de tus animales de compañía. De ese libro traduzco el capítulo 10 titulado, REGALOS DEL OTRO LADO,, que contiene 2 casos interesantes. Veamos el primero, el referido a un lorito hablador.

CAPÍTULO 10. REGALOS DEL OTRO LADO

>> El loro que pronunció: “Annie” <<

Nathan siempre estaba de viaje.  Era  parte de su trabajo y su esposa lo sabía incluso antes de casarse. Sin embargo, eso no significaba que le gustara. No era que Andrea no confiara en Nathan, sino que siempre tenía esa sensación de hundimiento en el estómago cada vez que él se iba de viaje largo.

"Estás siendo tonta", le decía Nathan dándole siempre un beso en la frente y otro en los labios. “Sabes que siempre vuelvo. ¡Esto no es un adiós!".

Por mucho que Nathan tratara de tranquilizar a su esposa, ella no podía evitar la ansiedad e iba a su médico para que le recetara ansiolíticos. Y aunque los tomaba, todavía se sentía inquieta.

Era el mes de junio de 2015 cuando su intuición se convirtió en realidad y recibió la llamada telefónica de que su esposo, viajando por la autopista camino de su trabajo, se vio envuelto en un accidente con la explosión de la llanta de un camión que circulaba por el otro lado de la autopista. Explotó la rueda y el camión voló sobre la mediana de la autopista, entrando en el tráfico que venía de frente. Nathan trató de evitar los escombros, pero no  pudo hacer nada atrapado entre el remolque del tractor por un lado, y la pared dela mediana, por el otro. Los primeros auxilios constataron su muerte.

El funeral parecía irreal cuando Andrea se sentó con sus cuatro hijos adolescentes en la primera fila de la iglesia. Era la iglesia a la que solían asistir todos los domingos y festivos, la iglesia en la que se casaron y en la que sus hijos fueron bautizados y confirmados. La familia y los amigos de Nathan simplemente estaban anestesiados por el hecho de saber que él ya no entraría por la puerta con su torcida sonrisa y risa contagiosa.

Andrea había concertado una cita conmigo, específicamente para hablar con su madre, sin imaginar que su cita sería el día después del funeral de Nathan. Les digo a los clientes que para concertar cita esperen cerca de un año tras del fallecimiento. No solo por el necesario período de ajuste para los que quedan aquí sino porque también lo es para los del Otro Lado. Necesitan encontrar su voz, por así decirlo. Cuando Andrea se sentó, estaba rodeada de seres queridos, y al frente y al centro estaba un hombre guapo, que me mostró su anillo de bodas, señal para mí de que él era su esposo.

"Hay un hombre aquí, que dice que te ama mucho, y que tenías razón: debería haber escuchado. Lo siente."

Andrea comenzó a llorar.

"Aunque desea estar aquí, quiere que sepas que no es un adiós".

Andrea me miró y me pidió que lo repitiera.

"Dice que esto no es un adiós, que es un tipo de saludo diferente".

Eso era lo que él decía después de cada conversación por teléfono, y cada vez que salía por la puerta en sus viajes, me confirmó Andrea. Incluso en la otra vida, él le estaba haciendo saber que estaría cerca.

La sesión terminó, y acompañé a Andrea hasta la puerta, pero sentí que la energía de Nathan me empujaba, así que me di la vuelta y lo vi parado allí, con una sorpresa. "También tiene un gran pájaro gris con él", agregué.

Andrea carraspeó. "¿Dices un pájaro? ¿Acaso un loro?".

"Nathan dice que quería que supieras que lo encontró".

Andrea se llevó la mano al corazón. "Ese es Benny", sonrió. “Era un loro gris africano, y lo tuve durante veintiún años. Un día, me desperté y había fallecido. Irónicamente, esa noche tuve una cita a ciegas y quise cancelarla porque estaba muy perturbada".

"Y esa cita a ciegas no habría sido Nathan, ¿verdad?" Me incliné hacia adelante con interés.

"Fue Nathan", confirmó. “Siempre quise otro pájaro, y Nathan me decía que consiguiera uno, pero Benny era especial. Luego tuve hijos y simplemente ya no tenía tiempo suficiente para pasar con una mascota".

Los pájaros pueden ser compañeros increíbles, pero requieren mucho tiempo, energía y paciencia. Aunque nunca he tenido un pájaro como mascota, una amiga mía tiene un par de loros y dice que es como tener un niño pequeño durante décadas.

“Nathan encontró a Benny, o Benny encontró a Nathan. Eso es lindo ", Andrea se rió y me dio un abrazo cuando se fue.

Unos meses después de nuestra sesión, recibí un mensaje de voz con timbre de pánico, pidiéndome que llamara a Andrea de inmediato. Inmediatamente, para mí, no siempre puede ser inmediatamente, pero una vez que mis sesiones se completaron, marqué su número y esperé a que contestara. Sin siquiera un saludo, al otro lado del teléfono Andrea comenzó a balbucear, sin aliento, cosas sobre un pájaro y Nathan, y sin saber qué hacer pensó que era un fantasma. Traté de conectar los puntos, pero estaba un poco confundida y tuve que pedirle que bajara un poco la velocidad y comenzara de nuevo.

"Llegué a casa después de llevar a las niñas a la escuela y sentado en la la terraza había un pájaro", comentó tras respirar tranquilamente.

"Eso es bueno, dije." Y me pregunté por qué un pájaro en el exterior, en la terraza, era algo tan inusual.

"Es que se parece a Benny, mi loro gris africano".

Al decir eso tenía sentido el por qué estaba asustada. Continuó diciéndome que metió al pájaro en casa y llamó al refugio de animales  par el caso de que alguien lo hubiera perdido.

"Y, además, también habla".

"¡Eso es increíble!"

“No, es simplemente espeluznante. Él dijo, “Annie”, y así es como me llamaba Nathan".

"Probablemente sea el nombre de su dueño", razoné con ella, aunque sabía que el mundo espiritual no siempre era tan previsible.

"¿Crees que es Nathan? ¿O que es Benny? ¿O ambos? ¿Pueden reencarnarse así? ¿Cómo puedo mantener a Nathan en una jaula? Dios mío. ¿Qué les voy a decir a los niños?”

No pude evitar reírme, a carcajadas, de su pánico al representarme la imagen de ella explicando a sus hijos que su padre había vuelto a la vida en forma de pájaro.

Cuando mi madre falleció, tuve la oportunidad de rescatar a una gatita siamesa de capa mezclada, atigrada, con un hermoso pelaje blanco, una mancha gris y ojos azules brillantes. Mi esposo contuvo el aliento cuando la vio para decir:

"Es tu madre, es el color de su cabello. Es su color de ojos. Es ella."

"No es mi madre", le aseguré, acurrucando a la gatita en mis brazos. "Me la acaba de enviar mi madre".

Hay muchas teorías sobre la reencarnación, especialmente en lo que respecta al tránsito de animal a humano, y viceversa. Tu tío Paco no volvió como la pulga de tu perro, aunque puedas pensar que esa era su personalidad. Nuestros seres queridos del Otro Lado quieren que seamos felices, por lo que a menudo nos envían mascotas para traer más alegría a nuestra vida. Ellos pueden canalizar a través del animal, pero no son el animal, ni se convierten en el animal. Las mascotas pueden tener rasgos de tu pasada mascota o de tu pasado humano, y esto se debe a que fueron elegidos por tus seres queridos en el Otro Lado.

Andrea se calmó un poco después de explicarle que  si ponía el pájaro en una jaula no estaba enjaulando a su ex marido. Después de esperar una semana sin recibir noticias de los refugios, recibió una llamada telefónica informándole que el ave sí tenía dueño, pero que ya no lo querían y podía quedárselo si lo deseaba.

“¿Cómo puedes tener una mascota durante años y para, luego, deshacerte de ella? Simplemente no lo entiendo ", gruñó disgustada.

“Lo que para unos sobra, a otros acomoda, ¿verdad? Y nada en la vida es coincidencia. Aunque es triste, también fue una señal asombrosa".

Resultó que el pájaro se llamaba Annie y Andrea se quedó con él. El año pasado, Annie falleció y aunque afligida, Andrea agradeció el tiempo que pudo pasar con él, brindándole un hogar feliz. También sabía que Nathan y Benny le dieron la bienvenida a su familia en el Otro Lado, al igual que ella y sus hijos lo hicieron durante el poco tiempo que la tuvieron juntos.

Asumir la responsabilidad de una mascota debe ser para siempre. Una mascota debe ser amada y tratada como un miembro de la familia. No dejarla sola, en el patio trasero, encadenada, o ser reemplazado por otra mascota más joven, ni debe ser abandonada a un lado de la carretera. No se debe descuidar ni abusar de ella. Te ofrecen amor y alegría incondicional, y si no puedes hacer lo mismo, hay alguien que podría, y lo hará.



MEMORIA LEJANA. La historia de Joan Grant.

 Este video, subtitulado en inglés y español, habla de la escritora Joan Grant, quien ya citamos en otra de nuestras entregas.



Para practicar oído y pronunciación en inglés norteamericano....





HÁBLAME. Vivir para siempre

 


Es posible que a algunos les suene el nombre de Allison DuBois. Correcto, se trata de una medium norteamericana famosa, entre otras cosas, porque sobre algunos aspectos de su vida y de su actividad mediúnica se filmó una serie televisiva de indudable éxito titulada, MÉDIUM, que cubrió siete temporadas. Esta serie causó gran sensación al tratar la mediunidad como algo normal, tan normal que era susceptible de ser usada por las fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado para conseguir detener y llevar ante la justicia a quienes cometían actos contra la vida de los demás. A través de los diferentes capítulos, la médium (protagonizada por Patricia Arquette) nos llevaba por toda una casuística de lo más sugerente,  que no me cabe duda que influyó en la normalización de las cosas consideradas tabú por muchos escépticos. A mi me encantó uno de los capítulos en los que aparecían las personas con un número en la frente, que solo veía la protagonista de la serie, , que señalaba los días de vida que le quedaban al sujeto.

Allison DuBois también ha escrito libros, y de uno de ellos, concretamente el titulado “HÁBLAME”, (en inglés “Talk to me”) os traigo la traducción de este capítulo que, realmente, me parece muy inspirador. Espero que os guste.


Capítulo 12. Vivir para siempre.

"Si enfatizas tus fortalezas, enterrarás tus debilidades".  Allison DuBois.

Paso mi vida con aquellos que afrontan la pérdida de seres queridos, por lo que supongo que he aprendido mucho sobre la pérdida, la cual nos puede llegar de muchas maneras diferentes.

En la actualidad, el planeta se enfrenta a grandes desafíos. Estamos en un momento de la historia en el que muchas personas se sienten perdidas cuando, por ejemplo, se ven inmersas en caída libre financiera.

Muchos se sienten desposeídos, de repente, del apoyo que les sostenía y se preguntan, ¿y ahora qué? Y esto puede ser útil como lección para aceptar la falta de certeza y comprender que eso no tiene por qué ser algo malo. Cuando la vida, tal y como la conoces cambia, realmente te proporciona una oportunidad para afinar tu energía y aumentar tu aprecio por cuanto hay a tu alrededor. Tómate un momento y comienza a contar las muchas bendiciones, y hermosos recuerdos, que adornan tu vida.

Demasiadas personas caen en la trampa de la autocompasión, (todos hemos pasado por eso alguna vez), pero es necesario asegurarse de no quedarse, permanentemente, atascado en ella. La constante autocompasión convierte al alma en una especie de agujero negro que drenará a cualquiera que entre en contacto con ella, y la hará repelente para los demás. No me refiero al caso de una persona que acaba de perder a un ser querido y necesita hablar. Me refiero a las personas que culpan a todos los demás por cualquier cosa mala que les sucede.

En lugar de caer en esta trampa, concéntrate en la energía positiva; toma posesión de tu vida y trata de crear tantas oportunidades para reír como humanamente seas capaz de hacer. La risa es un regalo contagioso, y si miras a tu alrededor, verás a muchas personas que necesitan ese estímulo. Ten en cuenta que siempre hay alguien que está peor que tú. En lugar de mirar a lo que no tienes, saborea la vida y abre los ojos, de verdad, a lo que tienes. Encontrarás muchas personas que compiten por quién lo hace peor, pero no muerdas el anzuelo. En lugar de eso ve a ver una comedia, o al parque, y observa cómo juegan los niños. Los niños, despreocupados y amantes de los pequeños milagros que les rodean, son un gran recordatorio de cómo es la vida. ¿Alguna vez has visto a un niño de cinco años maravillarse con una mariquita, o con una flor que recogió, (que en realidad es una mala hierba), pero que cree que es milagrosa? Mis hijas tienen un espíritu tan vibrante. Estar cerca de ellas me hace sentir tan viva. Vamos a la sala de juegos y jugamos, hacemos bizcochos o simplemente miramos nuestras fotos antiguas y nos reímos de lo loco que se veía mi cabello cuando era  adolescente. Es más fácil y agradable ser feliz que desdichado, así que busca a alguien con quien reir y mejora tu vida, cada  vez, con un recuerdo feliz.

He realizado lecturas mediúnicas a varios miles de personas en estos años y he notado que la forma en que enfrentan la muerte varía según sus experiencias de vida, así como según las fortalezas o debilidades de su espíritu. Estas variables también determinarán qué tan bien viven sus vidas. Su energía central influirá en si pueden o no afrontar una situación difícil y encontrar un aspecto redentor en ella, o si se abandonan al dolor, multiplicando su angustia y también la de los demás.

Puedo hablar por experiencia: perdí a mi padre cuando tenía treinta años, en una época en la que tenía a mis tres niñas muy pequeñas y a las que esperaba hacer felices con los recuerdos con mi padre. Supe que necesitaba encarar cómo me afectaría su muerte. Escribí sobre mi dolor para que otros pudieran identificarse con mi pérdida y aprendieran a superar su propio dolor. He recibido muchos comentarios de personas que se vieron obligadas a afrontar la muerte y pudieron empatizar con mi pérdida. Dijeron que eso les hizo sentir menos solas en su viaje, y eso es algo muy bueno. Nadie debería tener que sentirse aislado cargando con ese tipo de dolor. En esto,  todos estamos unidos en un algún momento de nuestras vidas.

Mientras cavilaba sobre lo que significa inspirar a otros, comencé a pensar en personas especiales que me han inspirado.

 EN LA LÍNEA DE FUEGO.


Una mujer llamada Rudrani Devi tenía una cita para consultar conmigo, pero no me di cuenta de que ella estaba a punto de ayudarme a mirar dentro de mí misma.

Cuando caminas por la calle, nunca sabes con quién te cruzarás ni cómo te afectará el encuentro. Las personas que se ven obligadas a sufrir el trauma de perder a sus seres queridos a causa de la violencia son un ejemplo para todos nosotros de cómo el espíritu humano puede elevarse por encima del odio que se cuece en oscuros corazones que, voluntariamente, nos arrebatan nuestros amores más preciados.

Rudrani Devi es una mujer que estaba en el lugar y momento equivocados, pero fue ese fatal momento el que cambió para siempre lo que es ella, brindándonos a todos inspiración. Mientras lees su historia, deja que el espíritu de Rudrani te inspire a vivir la vida que debes vivir.

 LA HISTORIA DE RUDRANI

 Nos cuenta Rudrani lo siguiente:

 Nadie podría haberme preparado para los sucesos de Mumbai en la India, el día de Acción de Gracias del año 2008. Dicho día fue calificado por la prensa como la "Masacre de Mumbai, del 26 de noviembre". Sin embargo, cuando miro hacia atrás ahora, no habría cambiado nada. Como sobreviviente, estoy aquí para decirles que Dios tiene una capacidad asombrosa para darnos lo que queremos, incluso si no lo parece en ese momento.

Viajar a la India, con algunos viejos amigos para un retiro de meditación en noviembre de 2008, fue un viaje único en el que la vida terminaría en terror y tragedia. Tras un hermoso día visitando ashrams y santuarios sagrados, estaba cenando con mis amigos sentada en el restaurante de un hotel de cinco estrellas, que estaba abierto al vestíbulo. Minutos después de que nos sentáramos, unos terroristas surgieron de las esquinas, con rifles automáticos, y abrieron fuego. Estos terroristas, que luego se supo que eran diez musulmanes Paquistaníes que viajaron desde Karachi para perpetrar la matanza, me dispararon a quemarropa en el brazo derecho y la pierna del mismo lado. Hecho esto, me dejaron para morir entre las otras víctimas masacradas. Dos de mis amigos fueron ejecutados, mientras que otros dos resultaron gravemente heridos. Yo sangraba profusamente por la pierna derecha y más tarde los médicos dijeron que había perdido cuatro unidades de sangre de las siete que, normalmente, contiene el cuerpo humano. Mientras yacía en el suelo, hice las paces con Dios, pero luego escuché la voz de la Madre Divina diciéndome: "vigila, y confía".

De repente, el personal de la cocina nos llamó y nos dijo que si queríamos sobrevivir teníamos que seguirles de inmediato. No podía levantarme, así que extendí ambas manos en dirección a las voces y dije: '¡Arrástrame!'. Uno de los camareros salió corriendo y tiró de mis muñecas arrastrándome, a través de la carnicería, hasta la puerta del personal de cocina. Dentro de la puerta, asegurada con una barricada, tuve un breve momento de seguridad, pero luego las balas acribillaron el marco de la puerta y una granada de mano entró volando por la ventana de servicio. Afortunadamente para todos nosotros, no pasó nada. Finalmente logramos llegar a la entrada de empleados y, después de varios intentos por detener un taxi, me llevaron al Hospital de Bombay. Allí esperé horas a que me operaran para extraerme una bala que se había alojado junto a mi arteria femoral. Si hubiera perforado la arteria, me habría desangrado en unos minutos.

El ataque terrorista duró casi tres días, sesenta horas de horror que se cobraron la vida de 185 personas, y otras quinientas resultaron gravemente heridas o mutiladas. Aunque me dijeron que nunca volvería a caminar, me sentí afortunada por estar viva.

Me llevaría 26 meses la rehabilitación de mi pierna rota para poder caminar. En los primeros diez meses, mi esposo, tras seis años de matrimonio me dejó. Mi clínica, de salud integral, cerró sus puertas, y me alejé de la organización de la que había formado parte durante 23 años.

Se podría pensar que estaría mejor muerta, pero con una gran tragedia vino una gran liberación. Alivié mi carga de muchas maneras, y me convertí más en lo que estaba destinada a ser: una auténtica alma amorosa. Aprecié mi vida y supe, en lo más profundo de mi ser, que era pura magia y milagro haber sobrevivido.

Ya sabía esto intelectualmente antes de la experiencia en Mumbai, pero ahora había aprendido, de primera mano, cuán conectados estamos realmente con el Espíritu.

Hay algo en una experiencia horrible que, literalmente, te sacude hasta la médula y te da el lujo de saber qué tan cerca estás realmente de tu yo superior, del amor o de Dios. Básicamente, del universo. De hecho, no se trata tanto de "estar estrechamente conectados"; se trata más de "ser", y ya está. Cuando flotée por encima de mi cuerpo, y pude ver lo que estaba sucediendo, ocurrió algo asombroso. Me comuniqué con todas las otras almas que estaban dejando sus cuerpos y  todas convinimos en que habíamos elegido estar allí como los hermosos hijos de Dios que éramos. Incluso los terroristas eran parte de eso, pero en sus densos cuerpos ellos no lo habrían sabido. Y aunque todas las demás almas trascendieron, yo me quedé atrás y me reconecté con mi cuerpo. Si no hubiera sido por esta experiencia, que ahora considero una "cita divina", podría haber sufrido el resto de mi vida un trastorno de estrés postraumático.

Me tomó tiempo darme cuenta pero, después, todo en mi vida cambió para mejor. Como profesional de la salud holística y vibratoria, mi trabajo se volvió más multidimensional. Ahora, cuando tomo asiento para hacer sesiones a distancia, entro en el trance más profundo y puedo actuar en múltiples niveles que antes del incidente no estaban disponibles para mí. Ahora es tan simple como cruzar sobre una cuerda. Curiosa y alegremente, la experiencia más horrible de mi vida me ha llevado al resultado más conectado, y a una sensación de paz más allá de lo que podría haber imaginado. Esto es lo que significa ser, sentir y aceptar el amor incondicional. Todo es como debe ser porque, ¿cómo no puede ser? Es lo que está sucediendo. Llegué a un lugar de profunda aceptación y eso es, verdaderamente, conocer la paz interior. ¡Ahora estoy libre!

 EXCAVANDO PROFUNDO PARA ENCONTRAR GRATITUD.

 Después de escuchar la horrible experiencia de Rudrani, viendo a sus amigos ejecutados, y casi perder su vida, nada en mi vida parecía tan difícil. A menudo, la tragedia hace que todos reparemos en nuestras bendiciones y mezclemos nuestra propia energía, lo que a su vez ilumina nuestros corazones. Sin reflexión, el crecimiento espiritual sería un proceso lento. Hay mucho que aprender de nuestro pasado, y también de las tragedias que cambian a las personas con las que empatizamos.

He canalizado para personas que perdieron a sus seres queridos en las Torres Gemelas el 11 de septiembre y que ahora trabajan para ayudar a otros que han sufrido la misma pérdida. También a una mujer que, cuando pequeña, sobrevivió a un atentado contra su vida por parte de su propia madre, quien mató sus otros hijos antes de quitarse la vida. Esta mujer se convirtió en operadora de emergencias para poder ayudar a los demás. Hay tantas personas que han pasado por circunstancias inimaginables pero, como Rudrani, encuentran un hilo brillante de belleza que les saca de la oscuridad, negándose a dejarse tragar por ella. La inspiración está a nuestro alrededor; todo lo que tenemos que hacer es abrir los ojos y conectarnos con ella. La caridad nos une porque alguien nos necesita. Para todos aquellos que no saben cuál es su propósito, todo lo que tienen que hacer es extender la mano y alguien la tomará con gratitud. Sé la inspiración de alguien, y tu propósito quedará claro.