HISTORIA DE RAY. Hipnoterapia para una buena muerte.


LA HISTORIA DE RAY

El uso terapéutico de la hipnosis no es cosa de hace poco. De hecho su uso se pierde en la noche de los tiempos, lejanos recuerdos hablan de pueblos y naciones míticas con usos transcendentes y tecnología superior que incluiría, también, esta manifestación de manipulación de la mente. Aquí traigo un capítulo del libro editado en francés bajo el título, “Nos víes anterieures”, es decir, "Nuestras Vidas Anteriores", escrito por Joan Grant y su esposo Denys Kelsey. No tengo acceso al original inglés titulado “Many Lifetimes,” así que bebo de la fuente francesa. 

Hemos de tener en cuenta que, aquí, nos enfrentaremos a conceptos curiosos si los comparamos con la fraseología que la escuela de La Vida entre Vidas de Michael Newton ha puesto en boga. Michael Newton desarrolla su método de hipnosis a partir de la base ericksoniana y usa conceptos que en la década de los años mil novecientos sesentas (fecha de este libro) no eran populares, por no decir desconocidos.

Y volviendo al tema que nos ocupa, primero de todo, decir que Joan Grant es el nombre de escritora de Joan Marshall, mujer de vida realmente interesante, hija del momento en que se paría el siglo XX y se abrían puertas a lo transcendente sin el peligro de la censura de lo religiosamente correcto. Afortunadamente el medio cultural en que pudo desarrollarse fue el cristiano pues de otro modo tal vez no hubiera podido confesar sus habilidades psíquicas, haciendo alarde y literatura con ellas. Sostenía haber tenido 40 reencarnaciones y al final de su vida aclaró que buena parte de sus novelas en realidad recogían sus “lejanos recuerdos” de esas vidas. Su primera novela de éxito, “El faraón alado”, constituyó todo un hallazgo para alguna crítica literaria del momento, que calificó aquel trabajo como “libro de excelente idealismo, profunda compasión y una cualidad espiritual pura y brillante como una llama". (opinión del periódico, New York Times). Este libro es libro de culto para la literatura llamada de la Nueva Era pues parece proporcionar una información que va más allá de los meros datos proporcionados por la historia y arqueología egipcias. Joan se esforzó por desengañarse a sí misma y a sus lectores de las ideas preconcebidas, para evitar lo que ella llamaba "pensamiento de grupo". No estaba interesada en la fe ciega y la creencia ciega, sino en lo que los cinco sentidos podían percibir como verdadero. Afirmó tener un don inusual de "memoria lejana": la capacidad de recordar vidas anteriores, y algo a lo que se refirió como "conciencia sensorial". Dijo que experimentó muchas realidades que no están disponibles para la mayoría de las personas.

En 1968, junto con su tercer marido, Denys Kelsey, publicó el libro, “Many Lifetimes”, en el que explicó cómo, supuestamente, recordaba su propia vida y la de otros. De ese libro traigo el capítulo titulado, LA HISTORIA DE RAY, firmado por Denys Kelsey. Su esposo era médico y usaba la técnica hipnótica en muchos tratamientos. Joan colaboraba con él gracias a su extraordinario don de percepción extrasensorial. En este capítulo vemos la conexión psíquica que había entre Ray, amiga del matrimonio, y Joan Grant. Denys Kelsey cuenta, literariamente, los pormenores médicos de Ray, y las sesiones de hipnosis que le realizó para ayudarla a liberarse de ciertos problemas psicológicos. Y esto fue así hasta que el cáncer de mama que se le diagnosticó a Ray la llevó al otro lado, y desde esa orilla Ray cuenta sobre su fallecimiento y algunas cosas más.

Entremos en materia.


LA HISTORIA DE RAY.  Por Denys Kelsey.

Soy Denys Kelsey, y voy a contarles la historia de Ray, una amiga mía y de mi esposa, Joan. Ray tenía treinta y dos años cuando la conocimos en 1959. Poco después, me pidió que le enseñara un método para hipnotizarse a sí misma, con el fin de protegerse de las incomodidades de los últimos momentos de su embarazo y dolor durante el parto de su tercer hijo. Ella demostró ser excelente al practicarla y dominó la técnica en media docena de sesiones. Tenía una gran simpatía por nuestras ideas y se había convertido en una buena amiga y una segura aliada. No vivía en Londres, y cuidaba bien de sus tres hijos, que le tomaban todo su tiempo, por no hablar de los quehaceres de la casa, con una fila continua de visitantes, además de atender una tienda de antigüedades.

No sabíamos nada de ella desde hacía seis meses cuando nos llamó el 6 de junio de 1966. Estaba en un hospital de Londres, donde acababa de enterarse de que un bulto en su mama derecha resultó ser un tumor agresivo, tan maligno, que la extirpación del seno parecía innecesaria. El especialista le había dicho, francamente, que tenía un cincuenta por ciento de posibilidades de sobrevivir cinco años. Sin embargo, si lo hiciera, las posibilidades de metástasis disminuirían año tras año.

Nos suplicó que la ayudáramos a borrar algunos aspectos de su personalidad. Primero, estaba obsesionada con el deseo de emprender una cantidad de "buenas obras" mucho más allá de sus posibilidades; segundo, temía ser una cobarde, lo que a menudo la incitaba a ser demasiado valiente; finalmente, la ira podía desatarse dentro de ella, ira que solo podía contener reprimiendo incluso la ira justificada. Estaba convencida de que estas debilidades se resolverían sin que su origen fuera más allá del ámbito de su vida actual. La primera pista de que estaba equivocada surgió en nuestra segunda sesión.

UNA VIDA RELACIONADA CON LA LEPRA.

Ray comenzó describiéndome un sueño recurrente de culpa y de insuficiencia, causado por su incapacidad para hablar con otros pacientes mientras esperaba con ellos su turno en el departamento de radioterapia. En su sueño, se veía rodeada de personas muy diferentes a las del hospital, lisiadas y deformes. El rasgo más triste del sueño era que no podía cambiar la expresión de muda desesperación en sus miradas.

 - ¿Qué daño sufrían estas personas?, le pregunté después de hipnotizarla. Respondió sin dudar.

- "Lepra".

Antes de que pudiera formular otra pregunta, entró mi esposa, Joan. En lugar de retroceder lentamente, como hacía de costumbre cuando inadvertidamente interrumpía una sesión, me indicó que saliera de la habitación. Me advirtió que, de repente, sintió que Ray iba a entrar en contacto con una de sus vidas, una que tenía que ver con la lepra, y así me lo dijo:

 - Lo vi una noche, dos días antes de que llegara Ray, pero era demasiado confuso para decírselo. Sería demasiado agotador para ella revivirlo. Lo haré por ella esta tarde, y trataré de drenar esta existencia de su energía. Guárdalo contigo mientras trabajo en ello, porque ella podría entrar en resonancia con esto y podría ponerla peor.

Alrededor de las 5 de la tarde, vi a mi esposa volver a casa, muy cansada. Me dijo que se las había arreglado para identificarse, muy de cerca, con una personalidad anterior de Ray, una en la que se había ocupado de leprosos en el siglo VIII, o IX. Esta era una mujer de cabello largo como el lino, que había cometido un pecado mal definido, por el que había aceptado el perdón pero a costa de la penitencia. Esta penitencia se la había impuesto ella misma, y no la Iglesia. El "pecado" tuvo que ver con la muerte del marido de esa mujer, asesinado, - probablemente asesinado -, cuando se descubrió que él había contraído la lepra en un país extranjero, durante una larga ausencia. El área donde vivía esta mujer estaba cubierta de bosques de pinos, y la gente era de piel clara, por lo que pudo haber sido Suecia, o algún otro país escandinavo.

 Esta mujer había cuidado leprosos durante nueve años. Les procuró cobijos, cabañas de madera construidas en un claro del bosque. Les llevó la comida, curó las heridas e incluso les dio la Eucaristía porque sus presencias no eran tolerada en la capilla. Joan recordaba muchos detalles horribles sobre cada paciente: su número era de cincuenta o sesenta, no pudo especificar más. Agradecí que Ray no tuviera que revivir esos detalles en una sesión hipnótica.

 A continuación,  esta mujer también sufrió de lepra. Solo lo notó cuando, portando una lámpara de aceite casi consumida, se acercó al sacerdote para recibir la hostia consagrada y él la miró con horror, huyendo a continuación por una puerta situada detrás del altar. Debía haber sabido que el total entumecimiento de los dedos es uno de los primeros signos de esta enfermedad. La mujer también huyó, sola, hacia el bosque. Allí, consumida por el remordimiento de no haber tenido el valor de cuidar a los pobres que confiaban en ella, murió. Joan no estaba segura de si falleció de frío, o si había ejecutado su plan de ahorcarse con el cinturón.

 Solo le conté a Ray las líneas generales de esta historia, y lo hice con suficiente detalle para que aceptara su validez. Dijo que oyendo esa historia se sintió aliviada de una enorme carga, y nunca vi a Ray tan alegre y animada como esa noche.


SOBRE LOS EPISODIOS DE RABIA, O IRA.

Posteriormente, otro día, Ray  entró a mi oficina con decisión diciendo:

 - ¡Debes averiguar de dónde viene mi rabia!, Estalla cuando menos lo espero. Una de las personas que Joan tenía para almorzar tuvo una tonta reflexión sobre nuestro hermoso pueblo. Apenas pude dominarme para no aplastarla bajo su propia estupidez, pero me atraganté de furia, tanto que no pude tragar un bocado mientras ella continuaba masticando con calma.

Tras calmarla, la hipnoticé. Conté hasta diez, y luego pregunté qué palabra le venía a la mente.

 - ¡Piedra!

Pensé que tal vez esto nos llevaría a una escena en la que ella sería lapidada, y me pregunté si era mejor suspender la sesión hasta que volviera Joan, cuando siguió hablando:

- Puedo ver un muro de piedra. Está húmedo, y estoy en una celda. La luz cae sobre mí por una abertura circular . A poco más de dos metros del suelo hay un anillo de hierro, sellado en la pared.

Dicho esto, su angustia fue tal que me pidió que la trajera de regreso al presente, pero en lugar de aceptar mi oferta de posponer cualquier exploración, se negó.

- La escena sigue siendo tan vívida. Sé que tengo que seguir adelante.

Después de un segundo cambio de nivel, surgió la pregunta de cómo llegó a esa celda.

- Fui arrastrado hasta allí por una multitud frenética. Puedo ver sus pies, sucios y desgarrados. Soy un hombre, vestido con una túnica marrón, como un monje. ¡cómo se atreven a tratarme así!  "Cuenta en regresión hasta veinte, y vuelve a preguntarme". “Necesito ver por qué me están haciendo esto”.

Le hice caso y le pregunté porqué estaba en aquella situación. Esta fue su respuesta:

 "Es por mi comportamiento con los acólitos. Solo lo hice porque estaba muy aburrido. Me molestaba esta pequeña comunidad horrible. Son pobres, miserables y tacaños. Hasta la tierra es espantosa, calurosa, polvorienta, estéril, ni un árbol, apenas unas pocas cabras. Todos los días tres hombres entran en mi celda y me atan de los brazos a este anillo. Me dejan colgado ahí, expuesto a las miradas y burlas de la gente, que me contempla a través del agujero. La pared es tan lisa que no puedo apoyar los pies en ella para descansar del agudo dolor en mis hombros. ¡Dios, cómo los odio! Los detesto incluso más de lo que ellos me odian a mí.

 Yo todavía pensaba que podría haber sido lapidada hasta la muerte. Le pregunté:

 - ¿Te están tirando algo?

 - No, solo se están riendo. Y al final, ni siquiera se molestaron en atormentarme más. Ya nadie vino a mi celda. No tenía comida ni agua.

La siguiente pregunta implica que el monje fue dejado morir y que su alma se convierte en un fantasma. Pregunto:

 - ¿Te quedaste allí para acosarlos?

- ¡Así lo espero! ¡Habría estado bien por ellos! ...

 Pronunció estas palabras con tanta violencia que, sin duda, fue el deseo de venganza lo que había obligado a un fragmento de esta personalidad a permanecer fijo en esta celda. Con la impresión de que sería mejor hablar de su actitud en el nivel de conciencia normal, la traje de vuelta de la hipnosis.

Ella admitió que había descubierto la reserva de rabia que parecía desbordarse cada vez que algo, o alguien a quien amaba, era mal juzgado o incluso despreciado. Admitió que el motivo de convertirse en fantasma no tenía nada que ver con los actos, o pretextos de la persecución y encarcelamiento del hombre, sino que solo provenía de su odio y deseo de venganza.

 Durante más de una hora, le recordé varios incidentes de su propia vida, sobre los cuales, a pesar de varias sesiones destinadas a demostrarle que eran inofensivos, ella siguió resentida. Ahora podía juzgarlos imparcialmente, tanto desde el punto de vista de los demás como desde el suyo propio, y dijo:

- Pero no fue culpa suya: estaba siendo molesta a propósito.

O bien:

- Manifesté una simpatía exagerada, porque tenía miedo de enojarme, cuando una aclaración franca hubiera sido mucho más preferible.

 - Finalmente, me doy cuenta de lo despreciable que es estar enojado con la gente. ¡Soy libre! ¡Cielos, qué feliz me siento!


UN DOLOR DE CIÁTICA, DESTAPA OTRA VIDA.

Incluso en perfecto estado de salud, Ray siempre había sufrido de insomnio y, como Joan, consideraba perfectamente normal leer al menos un libro, y tal vez empezar otro, antes de intentar dormir. Su dormitorio estaba al lado del nuestro y si Joan notaba que la luz seguía encendida después de las  de la mañana, iba a ver si Ray quería caldo, té o compañía, o si quería dar un paseo por el jardín a la luz de la luna. Ella había prometido visitar a Joan si sentía algún dolor o incluso si se sentía sola. Así que estábamos muy preocupados cuando admitió que durante dos noches no había dormido porque sufría de ciática.

Con alivio descubrí que el origen de la ciática no era nada más grave que un punto de degeneración fibrosa en los riñones. Ray estaba convencida de que era más bien psicológico, pero como quería que se tomara varios días de descanso antes de sumergirse en otra encarnación anterior, traté de curarla por medios físicos gracias a la sugerencia hipnótica. Persistí con este sistema durante dos días, pero como demostraba ser completamente ineficaz, la hipnoticé y le pedí una pista que nos llevara al verdadero origen del dolor. Y ella pronunción la palabra siguiente:

 - Sillín.

Después de una larga pausa, sin más ánimos, continuó:

- Es un sillín o silla de montar. Tenía un respaldo alto y estribos de cuero, no de hierro". Me tambaleo en la silla, porque llevo mucho tiempo montando, y estoy terriblemente cansado. El caballo también, apenas puede mantenerse en pie. Llevo una especie de armadura y una túnica, pero estoy con la cabeza descubierta. Mi pierna izquierda cuelga flácida, no está en el estribo. No puedo moverla. No puedo ver lo que llevo puesto en las piernas, no es una malla, es más bien una armadura en espiral. Mi rodilla está tan hinchada, que no puedo quitarme la armadura.

Le pregunto si tiene dolor en otra parte.

 - Parece que estoy herido en la cabeza. 

Responde después de unos minutos de silencio, y señala a su sien derecha. Le pregunto:

 - ¿Cómo te lastimaste la pierna?

  - Fue un gran tumulto. Mucha gente armada, muchos caballos. No veo el arma que usaba. Creo que es una espada. Otros tienen espadas, algunos solo picas y van a pie. Caí de mi caballo. Fui derribado por la chusma y fue entonces cuando me aplastaron la rodilla. No fue una batalla campal. Éramos un grupo que se dirigía a la costa para embarcar.

 - ¿Cómo es que estás solo?

  - No lo sé. Alguien me debe haber ayudado a subir al caballo. No podría haberlo montado solo.. No es mi caballo. Me duele mucho la pierna y también la espalda. Sé que me voy a morir. Debo quedarme a caballo. Mucha sangre mancha la arena, está por todo el campo, pero no es la mía.

- ¿Alguno de tus amigos murió?

- Creo que todos. Solo quedo yo. Dejé a alguien allí. Está en el suelo. Me dije a mí mismo: "Se va a morir ya". Así que tomé su caballo. Debería haberme quedado con él, no debería haberme ido. Para montar a caballo primero me subí a una roca, y huí, solo por miedo. Debería haberme quedado. Él todavía estaba consciente. Nunca podré perdonarme por rendirme.

Obviamente ella está arrepentida, y trato de consolarla y le digo:

- Si fueras tú quien hubiera sido abandonado, ¿te habría resultado imposible perdonar?

- ¡Claro que no! Ni siquiera habría sido difícil.

- Entonces, ¿por qué te imaginas que la facultad de perdonar de esa persona que abandonaste sería inferior a la tuya?

- Pero es que él era un hombre mucho más valiente y generoso que yo. Por eso no me puedo perdonar por dejarlo.

- En realidad debe haberte perdonado hace mucho tiempo. ¿Por qué no usaste su perdón para perdonarte a ti mismo?

- Por falso orgullo. Yo era demasiado arrogante para aceptar el perdón por mi cobardía. Ya es bastante humillante, pero mi orgullo me hizo ver el perdón como una humillación adicional. Aceptarlo me habría puesto en una obligación, era más fácil castigarme, castigarme a mí mismo , intentar olvidar mi cobardía, soportar sufrimientos innecesarios. Pero ya no soy demasiado arrogante para aceptar el perdón. Perdonaré a los demás tan fácilmente, ahora que puedo perdonarme a mí mismo.

Después de bastante tiempo de parecer tensa y cansada, los rasgos de Ray se funden en una sonrisa de satisfacción.

- ¡Ya se terminó! Aquí estoy en paz conmigo mismo, y la diferencia es enorme para mi pierna.


EL FINAL DE RAY, ¿O NO?

En los últimos días de evolución del cáncer de Ray, partimos a Inglaterra, ya que estábamos planeando quedarnos con unos amigos que tienen una casa a una hora de distancia de la vivienda de Ray para así evitarle el esfuerzo extra de un ama de casa que querría cuidarnos si nos quedáramos con ella. Durante nuestro viaje de regreso le pregunté a Joan si pensaba que Ray estaba esperando. siempre esperando, recuperarse lo suficiente para viajar con nosotros. 

- Solo en apariencia, porque esconde sus sentimientos cuando lo considera necesario. Esta tarde, en el jardín, me dijo que había vuelto a soñar con la mano. Esta mano se extiende para ayudarla a cruzar un pequeño río. Sabía que si agarraba esa mano, no volvería a entrar en su cuerpo. Tuvo este sueño, en primer lugar, el día en que se enteró de que tenía cáncer, y se ha repetido dos veces desde que regresó a casa. Es interesante que morir a menudo se siente como cruzar un río. Lo recuerdo con frecuencia, por mi propia experiencia.

Unos días más tarde, la radiografía mostró que no solo se había colapsado el pulmón izquierdo, sino que también se estaba acumulando líquido en el lado derecho. También tenía en el pericardio, el saco que contiene el corazón, un derrame considerable debido a nódulos cancerosos. Ya no era cuestión de operar: probablemente no habría sobrevivido a la anestesia. Cuando su médico, Peter, le advirtió de esta decisión, de inmediato comprendió que era necesario renunciar a toda esperanza y le agradeció calurosamente el haber tenido el coraje y la amabilidad de evitarle la comedia de fingir ignorarla: se estaba muriendo. Cuando salió Peter de la habitación Ray empezó a hablarnos:

-Cuanto antes muera, mejor". Así que tú y Joan tenéis que recordarme cómo cruzar el río. Debo haber hecho esto decenas de veces, así que el pasaje probablemente me resultará familiar. Primero, salgo del hospital, las interrupciones son demasiado frecuentes con las enfermeras con tazas de té, el termómetro, ni siquiera puedes dormir, y mucho menos prepararte para morir.

Nos instalamos en una habitación de un hotel al lado del hospital, para poder llegar a ella en menos de veinte minutos. Joan subió a darse un baño, mientras yo me aseguraba de que el vigilante nocturno supiera el número de nuestra habitación, en caso de una llamada de emergencia.

- ¡No esperes una llamada telefónica! Ray no morirá hasta dentro de diez días, al menos. Admito que podría sufrir un infarto en cualquier momento, pero no lo hará. ¿Cómo puedo saberlo? Porque me dijo esta tarde que tomó la decisión de no morir antes de que los niños se dieran cuenta de lo que estaba pasando, y entiende que puede hablar con ellos mientras duermen. También quiere ver a varios amigos, especialmente a los que tienen miedo a la muerte, para ordenar sus papeles y distribuir sus cosas. Ella me dijo que tenía exactamente el mismo deseo de mantener todo en orden que cuando estaba teniendo un bebé.

A la mañana siguiente, Ray nos dijo que durmió muy bien y sintió que no iba a morir todavía, porque había vuelto a soñar con el río, que era mucho más ancho.

- En lugar de ser tan estrecho que podría haber saltado por encima, los bordes se volvieron lodosos y llenos de juncos. Lo que me asusta es quedarme atrapado en el barro. ¿Puedes garantizarme que esto no sucederá?

Ambos le aseguramos que cuando decidiera morir, obtendría toda la ayuda que quisiera. Joan le contó los ejercicios que tenía que hacer. Cambiar de nivel, con lo que yo podría ayudarla con la hipnosis, luego observarse a sí mismo cruzar el río, liberando cada vez más de su energía vital en el otro lado.

Todas las tardes la entrenaba para practicar la muerte. La puse en un estado de hipnosis profunda y le pedí que describiera el espectáculo "al otro lado del río". Siempre estuvo encantada con la extraordinaria belleza del paisaje, los lagos donde nadaba tan fácilmente bajo el agua, las montañas, que subía sin fatiga, los jardines, donde las flores crecían sin importar las estaciones.

Le pregunté si había algo que pudiera hacer para ayudarle a salir adelante. Sin dudar un segundo, respondió:

- Voy a vadearlo. Sé que es cierto, porque el río se ha vuelto muy angosto, es solo un pequeño arroyo.

La única inquietud de Ray era el que ninguno de sus seres queridos había fallecido todavía y que podría sentirse sola, pero ya se había encontrado varias veces en compañía de un hombre al que llamó “uno de mis amigos especiales”. Ella pensó haberlo conocido por primera vez cuando ambos eran griegos. También sabía que pronto conocería, no solo a aquellos a quienes había amado a lo largo de su larga historia, sino también a las personas con las que Joan y yo nos habíamos unido amorosamente a lo largo de los siglos.

-Creo que morir va a ser el acto más importante de mi vida porque me parece que aliviará el miedo a la muerte de muchas personas. Me alegro mucho de que me prometieras describir mi muerte en tus libros, y trataré de ayudarte.

Ray nos dijo que viviría mientras estuviéramos con ella y que, por eso, quería que partiéramos a nustro hogar en Francia, que ella nos acompañaría en el viaje. Partimos para Francia y dos días después, conduciendo hacia el sur mi esposa y yo sentimos, claramente, que Ray estaba con nosotros en el automóvil. Pero esa percepción se desvaneció después de unos minutos. A primera hora de la tarde, Joan, que iba al volante, se detuvo de repente. Joan sintió que nuestra amiga Ray ya había cruzado su río.

Apenas habíamos subido a nuestra habitación cuando preguntamos por teléfono, a Peter, el médico de Ray, sobre la salud de nuestra amiga. Dijo que él y su esposa acompañaron a la moribunda hasta el final y que ésta les dijo, poco antes de fallecer:

- Me están esperando, y todos sonríen: ¡Una hermosa alegría está pintada en sus rostros!

Esta confirmación nos dio un gran alivio. Ray era parte de nuestra alegría, porque de repente ella estaba con nosotros, libre y radiante. Su presencia difícilmente se habría sentido con más claridad, si hubiera usado su cuerpo físico nuevamente.

El 9 de octubre, mientras discutía con Joan para decidir qué extractos de las notas detalladas, que constituyen la historia de este caso, debería usar, mi esposa dijo:

- "Ray está aquí, ¿por qué no interrogarla?

Pedí a mi esposa que se comunicara con ella para hacer eso pero me dijo que yo tenía un vínculo más fuerte con Ray, y que era yo quien debería contactarla. Para ello debía relajarme y utilizar la autohipnosis para facilitar el libre flujo de la intuición, cosa que hacía con frecuencia en mis consultas con pacientes que siempre creían que me quedaba dormido. Dudaba que pudiera hacer contacto con Ray, ya que no había notado su presencia, pero en cuestión de segundos ella estaba allí, y le hice un gesto a Joan para que me interrogara.

-¿Sobre qué cosa quiere Ray que escribamos?

La respuesta llegó de inmediato.

- Qué divertido es morir. No es un asunto solemne en absoluto. Ni siquiera sientes la tristeza que esperaba por la separación física. Siempre puedo establecer contacto con tu parte superior, por lo que la separación no está en duda en mi caso. Es menos fácil para ti, porque a veces no recuerdas que hemos estado juntos.

- ¿Cómo fue la experiencia de la muerte?

- Exactamente como estaba anticipado. Cruzar un río, que se había vuelto tan angosto como un pequeño arroyo, que literalmente crucé con un paso. Nada extraño, porque había estado junto al río tantas veces cuando hacíamos ejercicio. No tenía miedo, ya que había visto el País de las Maravillas antes de regresar allí. Tú y Joan sabíais que vuestras palabras eran correctas, de lo contrario no podríais haberme ayudado tanto solo esperando que fuera verdad.

- ¿Te ayudó el recordar algunas de tus vidas?

- Solo confirmó lo que ya sabía. Estaba convencida de que había vivido varias veces desde el momento en que, años atrás, me recordabas la reencarnación. Me parecía tan obvio entonces, que no podría haberlo dudado aunque hubiera querido. Tanta gente se reunió para darme la bienvenida. Había olvidado a cuántas personas había amado, y todavía amaba, aunque no las había visto en siglos.

Mi impresión visual de Ray fue clara. A pesar de que tenía los ojos cerrados, podía verla sentada en el brazo del sofá. No pude escuchar su voz, pero la comunicación fue tan clara como si las palabras me las hubieran dictado. Repetí estas palabras para registrarlas en la grabadora.

Después de unos días, también nos pareció natural decir: "¿Por qué no preguntarle a Ray?" como si  pudiéramos llamarla por teléfono. Apenas podía mantener el contacto durante más de media hora, y cuando me sentía incapaz de condensar sus ideas en palabras, le pedía a Joan detuviera la grabadora. A veces, mi percepción de Ray se volvía borrosa gradualmente, a veces terminaba repentinamente.

Descubrí que el contacto se producía muy rápido, en dos minutos, o simplemente no sucedía. Tuve resultados negativos en aproximadamente la mitad de las ocasiones en las que hice un cambio de nivel para hacerle una pregunta específica. En estos casos, todos mis esfuerzos por visualizarla, o hacerme creer en su presencia, fueron en vano.

En otras ocasiones, Joan o yo, o los dos juntos, sentimos que Ray estaba con nosotros, incluso sin haber pensado en ella durante varios días. Por ejemplo, estábamos cenando en el buffet de una estación, antes de conocer a los visitantes que iban a llegar por expreso desde París, cuando de repente me di cuenta de que ella estaba sentada en la silla vacía de nuestra mesa. Quería que el joven que estaba cenando con nosotros supiera lo agradecida que estaba por conducir hasta la mitad de Inglaterra para verla nuevamente antes de morir.


RESPUESTAS DE RAY, DESDE EL OTRO LADO.

Siguiendo las indicaciones de Ray, solo he transcrito aquí las preguntas y respuestas relevantes para este libro, obtenidas durante siete sesiones diferentes. En casi todas estas sesiones, repitió lo siguiente:

- Diles, especialmente, lo fácil que es morir. Si puedes recordarles que han vivido muchas vidas, entenderán que no vale la pena tener miedo a la muerte.

- ¿Por qué te fue tan fácil salir de tu cuerpo?

 - Porque no tenía miedo de dejarlo. Sabía que tenía que renunciar a él, lo antes posible, porque el orgullo era la fuente de todos mis fantasmas. Me negué a admitir que las personas a las que quería ayudar me eran hostiles porque las despreciaba. No quería admitir que estaba tratando a los leprosos solo porque me ofrecían la oportunidad de hacer una penitencia que me convenía.  Me negué a saber, que había dejado morir a un hombre valiente en el dolor, solo porque no tuve el valor de liberarlo de su cuerpo.

- ¿Por qué tardaste tanto en perdonar a tus fantasmas?

- Antes de perdonarlos, tenía que perdonarme a mí misma. Era mucho más fácil castigarme, ¡pero todo este autocastigo solo avivó mi falso orgullo! El autocastigo a menudo hace que las personas confiesen sus malas acciones, se inflijan las miserias que han causado,  y no ayuda a nadie, pero aumenta la cantidad de sufrimiento. Es tan triste y tonto.

- ¿Quién decide si volverás aquí abajo, o cuándo?

-¡Yo! ¡Ambos lo sabéis muy bien! Nunca te apresuran a la encarnación. Nacemos impulsados por el deseo de ocultar a los demás nuestros rasgos de carácter desagradables, o incluso a nosotros mismos, o porque consentimos voluntariamente en intentar alcanzar el modelo en el plano inferior.

- ¿Por qué tan poca gente conoce El País de las Maravillas, aquí abajo?

- Porque siguen cegados por aspectos de sí mismos que nunca han estado aquí, que no podían estarlo porque se alimentaban de su rabia y su odio, o porque esperaban seguir humillando a alguien, o porque disfrutaban de su riqueza, o pensaban que podían poseer a los demás. Y la parte superior de Tu yo, habiendo regresado para tratar de educar la manifestación de sus lados penosos, encuentra el exilio ya bastante doloroso como para, encima, recordar el contraste que hay entre el aquí arriba y el allí abajo. Este recuerdo provocaría una nostalgia aún mayor.

 Hoy, 0 de febrero de 1967, no he hablado con Ray en diez días. Al final de nuestra última sesión, ella nos advirtió:

- No responderé más preguntas hasta que no hayas terminado tu libro. Ya te he dicho lo que quiero contarte sobre mí. Explícales que allá arriba no hay soledad, y que compartimos tantas alegrías. Comparte lo que sabemos que es la verdad.

 Eso es, lo que hemos intentado hacer.

Joan Grant y su  primer esposo, el arqueólogo Leslie Grant, de quien tomaría 
y conservaría el apellido como autora de novelas y ensayos.




MI HIJO Y LA POSVIDA. La Revisión tras la muerte

 

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LA REVISIÓN DE LA VIDA, TRAS LA MUERTE.

 Muchos de los que han tenido experiencias cercanas a la muerte cuentan algo que llaman "la revisión de la vida", tal y como lo hizo Erik. La experiencia de cada persona es un poco diferente respecto de las otras, pero ciertos elementos son iguales. Aquí, Erik comparte lo que sucede a menudo justo antes y durante ese proceso.

Elisa:  ¿Puedes contarnos más sobre la revisión de vida, en términos generales?

Erik: Sí. ¿Es cierto todo eso de que "la vida pasa ante tus ojos"? Pues es así. Tu pasa por eso. Todos lo hacen. A veces sucede justo en el momento de la muerte. Por lo general, si  haces esa revisión de inmediato, eso significa que volverás a tu cuerpo.

Elisa:  Oh, ¿en serio?

Erik: Sí, porque todo se hace a lo grande. Es una especie de, “vaya, qué putada, mira lo que acaba de pasar. Mi vida brilló ante mí y ahora sé como quiero ser; sé quien quiero ser. Será mejor que vuelva y haga algunos cambios en la vida".

Elisa:  ¡Es como lo que se relata en las experiencias cercanas a la muerte! Veo que sucede lo mismo que lo que cuentan quienes tienen ese episodio. Inmediatamente, pasan por la revisión de su vida.

Erik: Sí. Esa es una poderosa patada en el culo,  realmente intensa. Pero si te esperan, si sabes que estás llegando a la otra vida, y que es así,  a menudo te saluda toda tu familia y, tras eso, comienzas con la revisión de tu vida. Cuando tuve la mía era como si estuviera en el cuerpo de todos los otros, mirándome desde su perspectiva. Sentí lo que las personas de mi vida llegaban a sentir cuando me comportaba de cierta manera, cuando hacía algo específico. Entonces, sientes alegría, tristeza y arrepentimiento abrumadores, pero viéndolo desde la perspectiva de la otra persona.  ¡Así es como sabes quién eres! Lo experimentas desde una fuente externa.

Elisa:  Vaya, eso es interesante. Muy interesante. ¿Y entonces qué pasó?

Erik: Me di cuenta de lo horrible que era.

Elisa:  ¡Oh, no! ¡No fuiste horrible, cariño!

Erik: Vamos, mamá. Sé que eres mi madre pero fui bastante difícil.

Elisa:  No, no estoy de acuerdo. A veces te enojabas, como lo hace cualquiera, pero el 99 por ciento de las veces, eras muy amable y dulce. Dios mío, Erik. Quiero decir, obviamente estabas preocupado y tuviste esos momentos de ira, pero la mayoría de las veces eras tan maravilloso con los demás. Miré todos sus mensajes de Facebook el otro día y muchos de tus amigos se sorprendieron al enterarse de tu muerte. Nunca supieron que escondías alguna oscuridad en tu interior. [Tu amiga] Mónica estaba tan molesta. Ella dijo que siempre fuiste tan feliz y dulce; siempre decías hola y siempre te detenías a hablar, y la mayoría de la gente no sabía que estabas triste y enojado por dentro. Esa que hablaba era la enfermedad, no el verdadero Erik. Además, leí tus mensajes a algunos de tus amigos que sufrían. Les dijiste que querías estar allí, ser amable escuchante de sus problemas. ¿Quién hace eso de adolescente? Fuiste muy generoso y especial. Quiero decir, lo eres.

[Pausa larga]



Erik: ¡Vaya! Estoy sorprendido porque me sentí como un libro abierto.

Elisa:  Tal vez la gente simplemente no se molestó en ver.

Erik: Pero durante la revisión de la vida, lo ves; lo experimentasm y lo sientes, y te juzgas a ti mismo. Nadie está ahí para juzgarte, excepto tú. Crees que hay un tipo en un trono dorado, con un bastón apuntando a tu corazón, ya sabes, diciéndote que hagas veinte flexiones.

Yo (riendo): Te entiendo.

Erik: (riendo): ¡Sí! Pero no es eso. Cuando [la revisión de tu vida termina], te quedas solo. Te dejan pensar por ti mismo, para reflexionar. No sé si me senté con la cabeza entre las manos durante días u horas. Todo lo que sé es que es el único lugar donde estaba. Y cuando todo terminó, cuando terminé de entender quién era y qué hacía, entonces podía volver atrás y, bueno, realmente no volví atrás. Es como si niebla gris plateada desapareciera y me encontrara en un lugar diferente. No me sentía como si tuviera el control, o como si pidiera ciertas cosas. Solo estaba presenciando un proceso. Solo era parte de un proceso.

Elisa:  ¿En qué otro lugar te encontrabas?

Erik: Fue entonces cuando [la niebla gris] se convirtió en jardines y senderos, y mi familia estaba allí. Fue entonces cuando la cosa se volvió algo así como una reunión social, como un, "Déjame mostrarte los alrededores".

Elisa:  ¡Oh, sí!

Erik: Y ellos dicen, "Déjame mostrarte lo que eres capaz de hacer. Deja que te ayude."

Elisa:  ¿Quién te ayudó más? ¿Fue alguien a quien conocemos, o fue una guía, o ...

Erik: Hubo algunos, y es difícil decir quién me ayudó más.

Jamie: Está hablando de una tía.

Elisa:  Sí, esa sería mi hermana menor Deníse.

Jamie: Una abuela.

Elisa:  Bestemor, la mamá de Rune.

Jamie: Y un hombre que no está relacionado con él.

Elisa:  De acuerdo. [Pausa larga.]

Jamie: Háblame de ese hombre, Erik. [Pausa mientras escucha a Erik.]

Jamie: El hombre. Escucho un nombrem como Simón. Suena tan simple.

Erik: Fue entonces cuando pude hacer nuevos amigos, cuando pude comprender la dinámica del lugar en el que estaba.

Elisa:  Y durante todo eso, te sentiste muy cómodo, supongo

Erik: Sí, mamá. Fue raro. Si eso me hubiera pasado en la Tierra, me habría sentido como si estuviera siendo secuestrado.

Erik: Me habría asustado. Pero fue como si me sintiera cálido por todas partes. No podía llorar ni aunque lo quisiera. Había tanta alegría, tanta silenciosa alegría a mi alrededor. ¡Y cuando sientas eso, definitivamente no querrás volver a saltar a tu cuerpo!

Elisa:  ¿Tienen guías espirituales allá? ¿Tienes tus propios guías personales, como ángeles de la guarda que te cuidan allí?

Erik: Claro, pero son más como profesores.

Elisa:  Oh, está bien.

Erik: Quieren que aprendas por ti mismo, que te cuides. No se nos ve tan indefensos como estamos en la Tierra.

Elisa:  ¿Puedes participar activamente en la revisión de tu vida cambiando las cosas, ya que no hay un tiempo lineal? ¿Podrías, ya sabes, ser capaz de adelantarte a los errores que comestiste?

Erik: Demonios, eso frustaría todo el propósito de la revisión.

[Jamie se ríe.]

Elisa:  ¡Oh! Entonces, supongo que eso sería como cambiar las respuestas después de entregar el examen.

Erik (riendo): ¡Sí, exactamente!

Erik: No, no puedes cambiarlo mientras lo está revisando, pero después, sí. Ya que no hay un tiempo lineal, puedes hacerlo. Si hay cosas que crees que deben corregirse y sirven para un bien mayor, o un propósito superior, entonces puedes hacerlo. Pero si es negativo, y no sirve para un propósito mayor, debes dejar las cosas como están y no interferir. Esa mierda tiene que resolverse sola.

Elisa:  ya veo. Exactamente. Y me pregunto si podrían tus múltiples yoes, de todas sus vidas simultáneas, descargar o cargar la información que aprenden en de esa revisión de vida para poder aplicarla a esas vidas paralelas Es algo complejo que apenas puedo aclarar.

Erik: (riendo): Lo entiendo. Lo explicaste bien. Y sí, claro, pero esas otras vidas en la Tierra deberían tener el conocimiento de cómo descargar esa información. En primer lugar tienen que ser conscientes de ello, es decir, del hecho de que pueden hacerlo. En segundo lugar, tienen que quererlo conscientemente: Y, finalmente, deben estar lo suficientemente informadas para entender cómo usar esa información.

Elisa:  Entonces, ¿no se podría hacer eso  a nivel del alma, por debajo del nivel del ego consciente? ¿Podrías entrar como  bombardero furtivo y deslizar esa información de manera agradable y silenciosa? ¿Podría llamarse “una salida del alma”?

Erik: Oh, hay mucho más que sucede a nivel del alma, pero ese nivel del alma no es lo que realmente dirige tu vida humana.

Erik: Digámoslo de esta manera: se trata de un feliz equilibrio entre la conciencia, la amnesia espiritual, y las cosas a nivel del alma. Necesitas esa amnesia para poder tener nuevas experiencias. Sin eso, eres solo una rata corriendo dentro de la rueda de una noria.

Elisa:  Bien, aquí hay otra pregunta relacionada con el tema de la revisión de la vida. Si matas personas, como en una guerra, ¿sientes las emociones de cada una de ellas en la revisión?

Erik: Demonios, sí. Sus pensamientos, cosas como lo que están pensando, lo que está sucediendo, sus emociones, lo que sienten. Sí.

Elisa:   Eso debe ser brutal.

Erik: Seguro que es brutal.

 

Parece, según el relato de Erik, que la revisión de la vida es uno de los momentos más valiosos y de aprendizaje que tiene un espíritu después de la muerte y su transición a la otra vida. Da sentido a las luchas, las dificultades y los recuerdos alegres que crean la experiencia humana, es decir, a las razones de nuestras vidas en el plano terrenal.


MI HIJO Y LA POSVIDA. La conciencia en lo animal, vegetal y mineral

 

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10. LA NATURALEZA DE LA CONCIENCIA.

SEGUNDA PARTE

Animal, vegetal, mineral


Elisa: ¿Supongo que todo tiene alguna forma de conciencia? ¿Incluso animales, plantas y objetos inanimados?

Jamie: Erik extiende las manos y dice: “¡Hola, lo sé! La gente se olvida de preguntar qué pasa con los espíritus de las plantas".

Elisa:  ¿Todo tiene algún tipo de conciencia? ¿Incluso una roca? ¿Tienen las rocas alguna forma de conciencia primitiva?

Erik: Bueno, sí, pero, ¿Qué tiene conciencia? Esa es la pregunta que creo que estás haciendo, y eso incluiría cosas que pueden producir una energía de fuerza vital más compleja. Esas cosas necesitan comida, se reproducen, crecen. Ahí es donde están las almas. Las rocas y cosas por el estilo tienen solo una conciencia primitiva e inconsciente. Mamá, hay tantos tipos diferentes de fuerzas vitales en la Tierra, pero durante tanto tiempo, hemos fingido ser los únicos.

Elisa: ¡Los humanos pueden ser tan incultos!

Erik: ¡Lo sé!

Jamie: Erik habla de pájaros que hacen funerales. No puedo seguirle el ritmo, ¡habla muy rápido! Está hablando de gorriones, cuervos y mirlos que traen ramitas y lloran, y colocan las ramitas sobre su amigo emplumado caído.

Erik: Esto ha estado sucediendo durante siglos; esto no es nuevo. Finalmente lo vemos. Creo que lo que sucede es que los humanos creen que han descubierto todo. Lo han etiquetado y registrado y ahora pueden, con sus propios ojos, ver la espiritualidad que se encuentra dentro de todo lo que han etiquetado.

Elisa: ¿Cómo se compara la conciencia de las rocas, las plantas y los animales con la conciencia humana? ¿Puedes describirlos más?

Erik: Bueno, las rocas son diferentes a las plantas y los animales.

Elisa: De acuerdo.

Erik: Plantas y animales tienen una fuente viva, una fuente de vida, como dije. Crean comida, energía vital, um ...

Jamie: Erik está haciendo un gran esfuerzo para reunir las palabras. Primero quiere hablar de rocas.

Erik: Rocas y minerales, son energía. No hay mucho de lo que llamaría conciencia, pero tiene una fuerza vital, primitiva e inconsciente. Las plantas y los animales tienen una fuerza vital vibratoria más elevada y compleja, por lo que cambia, crece y se mueve.

Elisa: ¡Interesante!

Erik: Entonces, cuando miramos [plantas y animales], [la energía] tiene un pulso. Tiene un movimiento, mientras que la energía de una roca no tiene ese movimiento. Es como energía estancada. Las rocas tienen energía estancada.

Elisa: Oh, está bien.

Erik: Pero algo como la madera, que una vez fue una fuerza vital sostenible, (ya sabes, antes de que la cortáramos, hiciéramos muebles con ella, y todo lo demás)., contiene todos los recuerdos de cuando estaba viva; contiene esa fuente. Pero al igual que cuando algo muere, deja de tener movimiento. Se convierte en una fuerza energética que simplemente, "es". Entonces, supongo que esa es la principal diferencia: energía estancada frene a energía en movimiento.

Elisa: Yo creo que las plantas tienen sentimientos, sensaciones sensoriales. ¿Es cierto que tienen emociones?

Erik: ¡Sí! Se ponen felices, se asustan, se aterrorizan. Sienten dolor. Cuando se les colocan productos químicos, por ejemplo, retroceden, su energía retrocede. Se comunican entre sí mediante el movimiento y los sistemas de raíces.

Elisa: Vaya.

Erik: ¡Incluso pelean!

Elisa: ¡Asombroso! ¿Qué pasa con la conciencia animal, en comparación con la de las plantas u otros vegetales?

Erik: En cuanto a los animales, podemos vincularnos más a nuestra propia energía personal, donde tienen más de, um ...

Jamie: Erik comenta que no quiere decir que las plantas sean formas de vida inferiores respecto de las personas, pero creo que es la única forma en que puede decirlo: que los animales tienen más conciencia pensante, más resolución para afrontar los problemas y poder sobrevivir.

Erik: Pero mira, las plantas también tienen esto, pero es una estructura en tejido completamente diferente.

Elisa: Por tanto, ¿la conciencia de los animales es más compleja, pero eso no implica que necesariamente sea mejor?

Erik: Ahí lo tienes. Me gusta eso.

Elisa: ¿Cómo eres capaz de comunicarte con los animales? ¿Cuán específicas pueden llegar a ser las conversaciones que tienes con los animales?

Erik: Ellos tienen "burbujas de pensamiento" de energía con las que puedo fusionarme, o aprovechar. Pero no tenemos que detenernos, forzosamente, en los animales; las plantas también tienen esas burbujas de pensamiento. [Los seres humanos] simplemente no tienen los instrumentos para medirlas y medir su actividad. Ahora, hay un montón de artículos escritos sobre los animales como seres espirituales, ¿tienen creencias? Las tienen. Y operan con el mismo sistema moral

Jamie: Dices, ¿"Moral", Erik?

Erik: "moral". Operan por el mismo sistema de moral.

Elisa: Entonces, ¿cómo te comunicas exactamente con los animales a través de la telepatía?

Erik: Si puedes, imagínate que hay un traductor invisible sentado entre tú, y un perro. Dijiste algo; se traduce, y luego se envía al perro. Es la misma sensación de cuando sabes que alguien te está mirando. Sabes que puedes sentir una mirada, ¿verdad? Luego vuelves la cabeza a cercionarte, y descubres que es verdad que te miran.

Elisa: Sí, claro. Parece que hablamos de esto antes, pero sí, eso me pasa todo el tiempo cuando conduzco. Puedo sentir al conductor en el auto a mi lado en un semáforo, mirándome. Debo parecer graciosa.

Erik: Nuevamente, tiene que ver con la fusión de energía y tener conciencia de toda la información en ese campo de energía. Simplemente creo que los humanos ya no reconocen esa conciencia. Esa es la parte de nosotros que se va a despertar. Por lo tanto, sentarte con tu perro, enviar pensamientos y recibir sentimientos será algo común.

Elisa: ¡Qué bueno! Entonces, nuestros pensamientos se traducen, van al animal, ¿y qué más? ¿Cómo funciona?

Erik: Se comunica más con las emociones. Podríamos usar palabras. y éstas se traducen en sentimientos. De esa forma, el perro puede usar su ladrido, su expresión o sus imágenes internas, y nos lo traducen como una emoción. Algunas personas pueden ver e imaginar lo que explican las emociones del animal.

Elisa: Si te comunicas con emociones, ¿qué tan específica pueden ser tu comunicación?

Erik: Oh, muy específica. Puedes hablar de Dios, y de la muerte. Puedes hablar sobre cómo era el ladrón cuando irrumpió en la casa.

Elisa: ¡Increíble!

Erik: Demonios, sí, pueden ser participantes muy útiles en la vida. Simplemente no sé por qué la gente los ignora tanto.

Elisa: Sí que es una pena. ¿Qué dicen los animales sobre los humanos? Esa respuesta no va a ser bonita, ¿eh?

Erik: Los animales nos ven, completamente, como personas que "dirigen" el mundo. Reconocen eso, pero nos ven más como máquinas individuales que como seres conectados emocionalmente. Ellos están más conectados con la conciencia colectiva, por lo que nos superan.

Elisa: Apostaría que sí. Parecen más espirituales y pueden amar de manera incondicional.

Erik: Sí, porque sus estructuras son diferentes. No tienen las exigencias y el estrés que tenemos nosotros como seres humanos, y que nos hemos creado. Quiero decir, que los humanos creamos dificultades para los animales, pero los animales no crean dificultades para sí mismos, eso es seguro. Hemos creado esta absurda competición por el éxito en cualquier campo. También podríamos alejarnos de ese esquema, pero la gente tiene demasiado miedo de salirse de la red o mudarse a un mundo diferente o, básicamente, hacer un cambio radical. La gente siente que no puede sobrevivir porque esa es la forma en la que ha sido programada.

Elisa: ¿Hay algo más que los animales querrían que supiéramos?

Erik: Los animales tienen una forma de absorber tu energía negativa. Si tu mascota está enferma, debes señalarte a ti mismo, inmediatamente, con el dedo.

Erik: Y, mamá, los animales pueden ver a las almas, los guías y esas cosas; y ven tridimensionalmente en la misma forma que ven a los espíritus, porque los animales son muy abiertos. No tienen un cerebro que funcione como el nuestro. No tienen esa parte del cerebro que puede ser negativa, pesimista o analítica. No pueden ser autocríticos.

Elisa: Sí, a veces es jodido ser humano.

Erik: No se preocupan, no se deprimen, y ...

Elisa: ¿Y eso es porque no están aquí para soportar la experiencia humana, para evolucionar espiritualmente, como nosotros?

Erik: Correcto. No están aquí para solucionar problemas. Por eso, la parte del cerebro que hace descarrilar tanto a los humanos no lo hace con los animales. Y, además, los animales no se criaron en religiones que descartan o critican las cosas espirituales. ¡Es lo mismo que con los niños pequeños! Todavía no se han adoctrinado en un rígido sistema de creencias. Los niños pequeños también pueden comunicarse telepáticamente con animales y seres espirituales.

Elisa: ¡No sabía eso!

Erik: Y los animales pueden visitarte en sueños, mientras duermes, fusionando o moviendo su energía eléctrica a tu campo de conciencia. A veces, obtienes más información visual de los seres espirituales por la noche, cuando duermes, que cuando estás despierto.

Elisa: Muchos quieren saber por qué existe tanto sufrimiento y tan horrenda crueldad animal. ¿Cuál es el propósito de esto? ¿Por qué tienen que soportar tanto dolor?

Erik: Bueno, hay varias razones para que los animales regresen al plano terrenal. En primer lugar, algunos van allí para ser miembros de nuestra familia, como mascotas.

Erik: Aquellos elegidos para estar con nosotros, como animales de compañía, nos son asignados. Sus almas se nos asignan al igual que las almas de los ángeles de la guarda.



Elisa: ¡Qué bien!

Erik: Y en este sentido, esas almas a veces vendrán a nosotros dos, tres, cuatro veces en una vida, en diferentes cuerpos animales. Mueren, vienen aquí al cielo, y esperan por nosotros para adoptar el cuerpo de otro animal, y luego su alma entra en ese cuerpo. Muchos de los animales con los que interactuamos en el plano terrestre son los que hemos conocido en muchas, muchas vidas pasadas. A veces son un halcón o un caballo, o tal vez un caimán, una gran serpiente, un perro o un gato. Pueden venir como cualquier forma animal. Mismo un delfín.

Elisa: ¡Eso es tan asombroso!

Erik: Confían en que los vamos a tratar bien, pero entienden que puede que eso no suceda. Y a veces, los espíritus animales se acercan a personas que saben que van a abusar de ellos, al igual que nosotros elegimos tener relaciones con seres humanos que sabemos que pueden ser abusivos con nosotros, para aprender de eso.

Elisa: ¿Por qué? ¿Por qué los animales eligen eso?

Erik: Bueno, el animal no hace ese tipo de elección para aprender algo. Los humanos toman esas decisiones para aprender, enseñar o ambas cosas. Los animales eligen estar con humanos que abusan de ellos para enseñar, nutrir, amar, apoyar, animar o simplemente para hacernos reír.

Elisa: Bien. Sabemos de las almas de los animales de compañía, pero ¿qué pasa con las de los que se usarán como alimento o se convertirán en abrigos de piel u otra cosa? ¿Y qué decir de los animales salvajes?

Erik: Los animales salvajes eligen regresar al plano terrenal simplemente para disfrutar de su tiempo en él. Nada que aprender, nada que enseñarnos unos a otros; solo para disfrutar.

Elisa: ¿Y los animales que usamos para carne o ropa?

Erik: Esas almas en particular, van a los planos terrenales [para ese propósito] y, antes de ser sacrificadas, sus almas salen del cuerpo y regresan al plano celestial. Dejan sus cuerpos muy fácilmente porque no diseñan su muerte como algo para experimentar. A veces nosotros queremos experimentar una muerte dolorosa, pero ellos nunca lo hacen.

Elisa: Oh, eso es un alivio.

Erik: A veces, las almas animales migran al plano terrenal para estar al servicio de los humanos.

Elisa: ¿Por algún tipo de acuerdo mutuo?

Erik: Sí.

Elisa: Pero,  ¿por qué no los tratamos con más respeto? ¿Es porque todavía no hemos evolucionado lo suficiente?

Erik: Sí. En el plano terrenal, ¡algunas personas siguen abusando de sus propios hijos!, siempre habrá personas insensibles.

Erik: Muchos humanos son muy arrogantes; ven la vida humana como superior a otras formas de vida. Pero también siempre habrá personas que respeten la vida, ya sea de otro animal, una planta, un insecto u otro ser humano; respetan la vida. Ahora bien, cuando la gente invade la propiedad de un animal, éste puede dañar al humano; una avispa podría picarte, un caimán morderte o devorarte. Pero no es una falta de respeto; es una cuestión de supervivencia. Cuando hay abusos de animales más allá del simple sacrificio de ellos por su carne o su piel, como es el usarlos en crueles pruebas de laboratorio u otros actos que causan sufrimiento masivo  eso es, casi siempre, para crear conciencia, para enseñar a la humanidad sobre el respeto mutuo, la humildad y el amor incondicional. Suele ser un esfuerzo conjunto entre los espíritus humano y animal. Trabajan juntos para manifestar estas atrocidades como experiencias de aprendizaje para la conciencia colectiva.

Erik: En realidad, el gran ego humano, [y] la falta de conexión y respeto por  todos los seres vivos, está detrás de tanta crueldad hacia los animales y todas las criaturas vivientes. Seamos más prácticos en base al conocimiento que tenemos: las plantas están vivas. Tómate un respiro y piensa en los árboles del Amazonas.

Jamie: Erik está bastante alborotado ahora mismo!

Erik: (triste): Mamá, deberías ver las emociones, ¡oh!

Elisa: Qué terrible.

Jamie: Oh, eso hizo que mi estómago se revolviera.

Erik: Deberías ver la emoción cuando los árboles son cortados, talados y quemados. Hay niveles de gritos que vosotros no escucháis.

Elisa: Oh, estoy segura de ello.

Erik: Todo eso que viene de ese lugar, [(el Amazonas)].

Elisa: Qué horrible, Erik. Hay momentos en que me avergüenza ser humana. Y todo es en nombre de tener muebles y cosas exóticas.

Erik: Sí, y tierra, pasto para vacas. Necesita ser detenido ese proceso. [Al mismo tiempo], lo que mucha gente llama Dios no es un dios que juzga. Solo nosotros nos juzgamos. Entonces, y en estos términos, si eso no te parece bien, es decir comerse un animal o talar árboles, entonces nunca debes hacerlo. Nunca prescindas de tu propio criterio.

Elisa: Está bien. Básicamente: si no te parece bien, no lo hagas.

Erik: Correcto, así es como Dios obra a través de nosotros.

Elisa: ¿Existe algún tipo de contrato espiritual entre los animales y nosotros, (los animales humanos), cuando los comemos?

Erik: Es un ciclo de vida. No es que no deba hacerse, pero debe hacerse con conciencia. No debería hacerse en fábricas masivas. Se trata de respeto y compasión por todos los seres vivos.

Elisa: Me encantan este tipo de preguntas (que me envían para hacértelas). ¿Qué sucede cuando los animales hibernan? ¿Qué pasa con sus espíritus? O, en cuanto a las plantas ¿qué les sucede a sus espíritus cuando mueren en invierno antes de regresar en la primavera? ¿Salen a viajar por el planeta o el universo, como tomándose un pequeño descanso, o yendo de vacaciones?

Erik: Bueno, el trasfondo cuasimoribundo de plantas y animales que entran en hibernación, es lo mismo. Figuradamente, se aprietan profundamente sobre sí mismos para tener un momento de descanso. Las plantas se introducen en sus raíces o en el centro del tallo pero, cuando lo hace, el alma no abandona la planta o el animal . Es más como un estado de sueño extendido.

>>>>>>>>>>> Fin de la conversación.

 Tras escuchar estas explicaciones de Erik, mi perspectiva se ha ampliado. Saber que no existe una jerarquía entre todas las fuerzas vitales, y saber que incluso los objetos inanimados tienen alguna forma de conciencia, me hace sentir conectado con mi entorno y con la vida.

Comprender la naturaleza de la conciencia también me da una perspectiva más amplia sobre mí mismo. Soy más que mi cuerpo y mi cerebro, pero ambos estos están intimamente entretejidos y definen quiénes somos.

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MI HIJO Y LA POSVIDA. La naturaleza de la conciencia y el neutrino

 


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10. LA NATURALEZA DE LA CONCIENCIA.

PRIMERA PARTE


Conciencia y Neutrinos

 En mi continua búsqueda de conocimiento y comprensión, he explorado varias teorías sobre lo que realmente es esto que llamamos "existencia", y he hecho muchas preguntas en el camino. Por ejemplo, ¿cuáles son los orígenes de la conciencia? ¿De qué está hecha, en todo caso? ¿Cómo se relaciona con nuestra forma física? ¿Está separado de la mente o es parte de ella? ¿Es, en una palabra, "nosotros"? En mis conversaciones con Erik, aprendí que todas las cosas tienen lo que llamamos "conciencia", a veces consciente de sí mismo, a veces no. Como humanos, somos nada menos y nada más que energía sensible autoconsciente. También aprendí cómo la conciencia se adhiere al cuerpo físico a nivel celular. Además, Erik se sumergió en algo de la ciencia que hay tras la naturaleza de la conciencia, lo que sació la curiosidad de la científica que anida en mi interior.

 Sin embargo, la cosa no se detiene ahí. En las conversaciones que siguen, Erik describe la conciencia de los animales, plantas y también de la materia inanimada. Para mí, estas revelaciones fueron sorprendentes, porque me obligaron a redefinir tanto a mi entorno como a mi misma, viva y no viva, y a ampliar mi comprensión de la existencia, una vez más. Ahora, ya no me considero una mujer con cuerpo, cerebro y un conjunto completo de emociones, todo separado entre sí. Gracias a mi hijo, entiendo que soy mucho más que todo eso.

  ¿Qué es la conciencia?

 Elisa: Erik, ¿es la "conciencia" lo mismo que el "alma"?

Jamie: Erik dice: "Esa es buena". Tiene los codos sobre las rodillas; está sentado en el respaldo de mi sofá y cuando piensa se desordena el pelo.

Erik: La conciencia es como una rama del alma, pero en sí misma, definida por sí misma. Supongamos que tienes una tienda, y la tienda es el alma.

Erik: Las puertas de entrada a esa tienda es la conciencia. Ellas abren y cierran. Las puertas son parte de la tienda, pero tienen su propia función específica. Esa es la idea que quiero transmitir. La conciencia puede abrirse o cerrarse, y cuando está cerrada, tienes el subconsciente detrás de ella, dentro de la tienda.

Elisa: Interesante. Leí algo sobre que los microtúbulos de las células son el origen de la conciencia. ¿Es eso cierto, y la conciencia tiene sustancia?

 NOTA. [Los microtúbulos, como indica la palabra, son tubitos microscópicos que están dentro de las células y cumplen varias funciones. Mantienen la estructura celular, participan en los transportes intracelulares y juegan un papel importante en la división celular.]

 Erik: Bueno, la energía es sustancia, así que sí, tiene sustancia. Pero la ciencia quiere que esa sustancia sea de muy baja vibración, y tangible. Ahora bien, estos microtúbulos pueden contener los patrones de energía de cómo la conciencia enraíza en el cuerpo físico porque están en todo él, a través de las células.

Elisa: ¿Dices que estos microtúbulos no son el origen de la conciencia, pero tal vez la anclan a las células?

Erik: [Un microtúbulo es] un recipiente.

Elisa: ¿Quieres decir que contiene las raíces de la conciencia para que se conecte al cuerpo, o. . Erik: Sí. Muchos científicos creen que el espacio hueco de los microtúbulos no tiene propósito alguno en el cuerpo, que no tiene función. Y algunos, cuando ponen a prueba estos espacios huecos, ven que tienen una función que no pueden definir. Y aquí es donde espiritualidad y la ciencia irán juntas de la mano. Van a empezar a comprender que toda la energía es materia, y toda la materia es energía, y van a crear herramientas de medición para encontrar eso.

Elisa: Po tanto, los microtúbulos son ...

Erik: Son una especie de sistema de anclaje. Así es como el alma, o la conciencia, se anclan al cuerpo físico.

Elisa: Bien, aquí hay una pregunta de uno de los miembros del blog: "¿Cuál es la asociación entre el alma, el cuerpo y la mente?"

Erik: Bueno, eso podría abordarse de varias maneras. ¿Se refieren a exacta asociación física, o a la asociación energética?

Elisa: Hmm. No lo sé. ¿Físico, tal vez? ¿O ambos?

Erik: Es el ombligo.

Erik: (riendo): Bueno, todo está conectado al ombligo. De él proviene el cordón umbilical; esa es la primera fuente de alimento; ahí es donde [se adhiere] el útero. O como en el hinduismo, un chakra se asienta justo detrás de él: la base del alma.

 Elisa: (bromeando): Ah, por eso es tan importante limpiar la pelusa de nuestros ombligos de vez en cuando.

Erik: ¡Bingo! Además, el cerebro es como esa caja de almacenamiento que alquilas y dejas en el camino de entrada al garaje de tu casa. Pones en ella toda la basura que quieras, está en tu propiedad y almacenas cosas pero no tiene control.

Jamie: Erik dice que si tuviera que señalar un lugar físico (en el que el espíritu y el cuerpo se conectan ese) sería el vientre.

Elisa: Y, ¿Qué pasa con la asociación energética del alma dentro del cuerpo y la mente?

Erik: Hay intercambio de energía entre el cuerpo, la mente y el alma; esto ocurre a todos los niveles, en cada célula. El intercambio de energía entre los tres ocurre de manera constante y en todo momento.

Y nada escapa a ese proceso, ya sea viajando por arterias o venas que alimenten diferentes áreas. Abarca todo el ser, desde el nivel intracelular hacia arriba.

Elisa: Por tanto, ¿la conexión energética es omnipresente entre los tres?

Erik: Sí, porque recuerda que todo es energía. Todo es energía: la mente, el cuerpo, y el alma.

Elisa: ¡Lo haces sonar muy fácil, cariño!

Erik: Lo es, mamá. Todo es muy simple, de verdad. Solo requiere una forma diferente de ver las cosas.

 

Los Neutrinos

 Elisa: Hablemos de neutrinos. Se dice que son la partícula de la conciencia, los portadores de toda la información. ¿Es eso cierto? Si no es así, ¿de qué están hechas el alma y la conciencia?


Erik: El alma y la conciencia tienen que transformarse para encajar en cualquier dimensión en la que se encuentren. No hay una sola configuración que funcione para todas las dimensiones. Para la vida humana, como mencionaste, es el neutrino. En el mundo del espíritu, tiene un término diferente.

Elisa: Entonces, ¿el neutrino es diferente en el mundo físico frente al espíritual?

Erik: Sí.

Elisa: ¿De qué manera? ¿Es más un patrón de ondas que un patrón de partículas?

Erik: La palabra onda me hace pensar en el sonido, pero hablo en términos de vibración.

Elisa: Oh, está bien. Entonces, tiene una vibración más alta. ¿Y qué es importante sobre el neutrino? ¿Qué es lo que lo hace especial?

Erik: Al igual que el alma, es una de las de las pocas cosas que se transforma desde la vida tridimensional a la posvida. Continúa su viaje sin romperse o destruirse. A diferencia, por ejemplo, de tu cabello o cualquier otra cosa de tu cuerpo físico, que no pueden hacer eso.

Elisa: De acuerdo. Dicen los entendidos que el neutrino puede atravesar cualquier cosa, incluso el plomo, así que debe ser por eso por lo que puedes atravesar las paredes cuando estás en forma de espíritu. ¿Es así, Erik?

Erik: Correcto.

Elisa: Entonces, son los neutrinos los componentes básicos de la conciencia, del alma. ¿Es eso lo que dices?

Erik: Sí.

Elisa: ¿Cómo funciona un neutrino?

Erik: Funciona igual que el hilo. Mantiene todo junto, pero no existe ningún agujero o abertura.

Elisa: Pero a nivel de la propia partícula, ¿cómo funciona? ¿Crea algún tipo de energía, por ejemplo?

Erik: No, no crea algún tipo de corriente eléctrica. Es más como un pegamento. No contiene información ni datos, pero los sostiene.

Jamie (a Erik): Eso no tiene sentido.

Erik: El neutrono no posee energía. La lleva. Crea conexiones similares a pegamento, y transporta información.

Elisa: O sea, que él mismo no es información.

Erik: Es como un transmisor.

Elisa: ¿Transmite información?

Erik: Sí, ya sabes, como el blútuz que conecta inalámbricamente diversos aparatos electrónicos.

Elisa: ¡Oh!

Erik: Como el Blútuz de tu coche.

Elisa: Oh, ya veo.

Erik: No tiene toda la información, pero a través de el puedes encontrar toda la información.

Elisa: Entonces, ¿nosotros somos la información? ¿Somos energía sensible, por así decirlo?

Erik: Sí.

Elisa: Es muy interesante lo que es la conciencia, ¿veradad?

Erik: Sí. Somos información autoconsciente.

Elisa: ¿Y los neutrinos, que son ondas en el espíritu y aquí son partículas, son los que transportan no solo la autoconciencia, sino toda la información que recopilamos de diferentes vidas?

Erik: Correcto.

Elisa: Increíble. Entonces, el neutrino es la tecnología blútuz que nos brinda toda la información que necesitamos, incluida la conciencia de nosotros mismos.

[Erik asiente con la cabeza.]

Elisa: He aquí una pregunta de tu padre: "¿En qué parte del cuerpo reside el alma, y qué forma tiene? ¿Está en la cabeza, corazón o dónde? Creo que probablemente sea mucho más grande que el cuerpo físico.

Erik: Tienes razón. Es más grande porque nuestra energía se extiende más allá del cuerpo. Puedes pensar en ello como un cubo de hielo en el agua. Mismo contenido, ¿verdad? Pero el hielo es sólido,  luego se convierte en agua y luego se evapora. Entonces, el hielo sería el cuerpo. La mayor parte del alma está ahí y se infiltra en cada vena, en cada célula, en cada dedo. No todo está empaquetado en una cabeza; ni escondido detrás del corazón. Abarca todo, porque exuda fuera de la piel, cambia su forma solo un poco, y crea el campo energético. Luego vuelve a rebosar —como vapor— y tiene un campo energético diferente.

Elisa: Muy bien. Pappá pregunta: "Cuando cortas una mano sin previo aviso, ¿qué le sucede a esa parte del alma que ocupaba la mano?"

Erik: (riéndose): Todavía existe en forma de mano. Todavía se mueve como lo haría la mano, y todavía está conectada al cerebro y recibirá esas señales, y se comportará de esa manera.

Elisa: ¡Oh, es por eso por lo que puedes tener dolor en el miembro amputado, llamado fantasma!

Erik: ¡Por supuesto! ¡Lo tienes!

>>>>>>>> FIN PRIMERA PARTE

SEGUNDA PARTE


MI HIJO Y LA POSVIDA. Sobre nuestra naturaleza humana

 

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Capítulo 15

¿QUIÉNES SOMOS Y POR QUÉ ESTAMOS AQUÍ?

Sobre nuestra naturaleza

 Un tema clásico, ya desde la noche de los tiempos de la filosofía, es el planteamiento de lo que somos, de dónde venimos, a dónde vamos y porqué estamos aquí. La experiencia humana puede ser a veces el infierno en la Tierra. Las siguientes preguntas para Erik se hacen eco de mi inclinación por comprender los fundamentos de la vida como ser humano. ¿Quiénes somos? ¿Por qué estamos aquí? ¿Cómo operamos? ¿Qué nos motiva? Por esto, comienzo preguntando de forma directa:

Elisa: Dime, Erik, ¿qué somos realmente?

Erik: Somos parte de un gran campo de energía, de conciencia hecha de energía. Somos segmentos individuales de esa conciencia, pero también somos el todo, como un holograma, que puede ser, al mismo tiempo, tanto el todo como partes del todo. Dicho del modo más simple, somos energía sensible.

Elisa: ¿Cuál es nuestro propósito como partes, y como todo, de ese campo de conciencia?

Erik: Tratamos de buscar una entropía más baja, tanto como unidades separadas como parte del todo. Proyectamos al todo, lo que hacemos individualmente. Estamos aquí para evolucionar hacia un nivel superior.

Elisa: Pero, ¿qué es eso, en realidad? Sé que una entropía más baja significa un desorden o caos más bajo, pero ¿qué significa eso en términos prácticos? ¿Cuál es el punto final?

Erik: Para empezar, intentamos llegar al punto en el que nos quedemos en el Cielo para trabajar con otros que todavía están en el plano terrenal esforzándose por evolucionar.

Elisa: Bien, puedo ver eso como el punto final para nosotros, como almas individuales, pero ¿qué pasa con el todo? ¿Cuál es nuestro objetivo como campo completo de conciencia, como conjunto de todas las almas?

Erik: Buscamos convertirnos en amor, amor incondicional,  como individuos, pero también para el universo como un todo, para que cada alma lo abrace. Esa es la entropía más baja. Ese es el punto final.

Elisa: Encuentro fascinante todo esto de amor  igual a energía, porque cuando amo a alguien incondicionalmente, siento esta extraña vibración, una sensación de que mi alma se está expandiendo más allá de todos los límites. Se siente electrizante y vigorizante, como si estuviera conectado a una fuente de energía inmensa y benévola.

Elisa: Erik, escuché a alguien describirnos como conciencias que, experimentándose a sí mismas, se mueven a través de varias perspectivas.

Erik: ¡Maldita sea! ¿Quién escribió eso?

Elisa: no lo recuerdo.

Erik: Sí, mamá, eso es lo que somos. Esa persona, prácticamente lo clavó.

Elisa: Y dime, Erik por lo que veo, ¿por qué los problemas parecen ser mucho más difíciles de resolver en la otra vida? ¿Por qué es preferible tratar con ellos aquí? Pregunto esto para ayudar a aquellos que consideran el suicidio, para que se den cuenta de que sus problemas no solo se quedan con ellos cuando cruzan, sino que también son mucho más difíciles de manejar.

Erik: Mamá, nos ocupamos de los problemas en el plano terrenal, no en el cielo. En ese sentido, si no logras hacer algo en tu vida terrenal, tendrás que lidiar con eso cuando reencarnes.

Elisa: Está bien. Pero en tu caso ...

Erik: Espera, que no he terminado. Si dejamos muchas cosas [terrenales] sin hacer y regresamos a la otra vida, podemos sentirnos arrepentidos; podemos estar muy decepcionados e infelices con nosotros mismos, pero no podemos empezar a trabajar en las cosas de nuevo hasta que volvamos al plano terrenal.

Elisa: ¿Y eso, por qué?

Erik: Debido a la dualidad. En la otra vida todos actúan al máximo nivel de su iluminación. Las almas aquí se ayudan mucho unas a otras: se aman, se nutren y desean ser útiles las unas a las otras. Es allí, en el plano terrenal, donde olvidamos quiénes somos, dónde hemos estado, y qué se supone que debemos hacer. Eso es amnesia espiritual. Llegamos [a la Tierra] y no recordamos quiénes y qué somos, y cuál es nuestro plano espiritual; y cuando llegamos al plano terrenal, generalmente comenzamos a trabajar en esos temas de inmediato. Esos problemas hacen que la vida sea muy desafiante allí donde te encuentres.

Elisa: ¡Cuéntame sobre eso!

Erik: Bueno. Algunas personas correrán hacia sus problemas y harán el trabajo. Pero la mayoría de la gente, cuando se adapta al plano terrenal, empieza a preocuparse por lo que piensan los demás. Buscan aprobación y aceptación; nadie quiere ser rechazado. Entonces, lo que sucede es que comenzamos a regalar partes de nosotros mismos hasta que no tenemos idea de quién diablos somos, y qué se supone que debemos hacer. Es la lucha por encontrar las respuestas a esas preguntas lo que nos proporciona los desafíos que necesitamos para crecer. Ese redescubrimiento de nosotros mismos es lo que debemos hacer en el plano terrenal. Se trata más de recordar, y menos de aprender.

Elisa: O sea, la clásica frase de sin dolor no hay ganancia, lo entiendo. Pero Erik, tú también evolucionas en la otra vida, ¿verdad?

Erik: Sí, pero se trata principalmente de recibir terapia y aprender nuevos conceptos. Cuando recibí terapia pude conectar los problemas que tuve en mi última vida con sucesos de vidas pasadas. Pero cuando vuelva al plano terrenal adquiriré de nuevo la amnesia espiritual y tendré que lidiar, nuevamente, con la superación de esos problemas. No te das cuenta, mamá, pero es un dolor cruzar al otro lado y darte cuenta de que todavía tienes problemas que resolver. Eso es un gran problema. Puedes entender tus problemas, puedes verlos aquí, en el Cielo, desde una perspectiva conceptual, pero necesitas el componente experiencial para resolverlos realmente, y recordar completamente quién y qué eres verdaderamente. Es como estudiar química orgánica; necesitas el laboratorio para entenderla totalmente.

Elisa: Sí, y aun así . . .

Erik: Está bien. Imagina que quieres saber sobre los bizcochos de chocolate, también llamados en algunos sitios, morenitos. Así que lees la receta y crees que ya lo tienes aprendido. Pero no es así. Tienes que hacer los morenitos, con el riesgo de quemarte los dedos al hornearlos, para luego probarlos y saber realmente lo que es ese bizcocho de chocolate. Solo entonces podrás comprender verdaderamente el concepto del morenito de chocolate.

Elisa: Bueno, pero seguro que sería mejor si pudiéramos encontrar una manera de obtener ese componente experiencial mientras estamos en el mundo del espíritu. Me gustaría tener las fichas de apoyo, en lugar de estar en la obra de teatro y poder lastimarme en las escenas de acción.

Erik: Eso estaría bien, ¿verdad? Sí, al diablo con todo esto. ¡Hagámoslo aquí, en el mundo del espíritu!

Elisa: Sí, yo voto por eso.

Erik: Pero mamá, sabes que esa no es la cuestión. El objetivo de aprender realmente, el propósito, es tener un lugar donde se pueda aprender. Piensa en ello: los seres espirituales no aprenden, recuerdan. Recuerdan cómo acceder a la información, y la absorben.

Elisa: Sí.

Erik: En el mundo espiritual existe unidad entre pasado, presente y futuro. No hay lucha ni desafío para aprender, solo desafío para recordar. Entonces, en la Tierra, ¡bingo! Podemos borrar partes de lo que ya recordamos. Podemos encarnarnos en el plano terrenal, y podemos aprender de esa lucha entre el bien y el mal.

Jamie: ¡Vaya! ¡Habla tan rápido que apenas puedo seguir el ritmo!

Erik: Hay algo de verdad en esa afirmación que dice: "No sabes lo que tienes hasta que lo pierdes".

Elisa: ¡Muy cierto!

Erik: ¡Cuando estás en el espíritu, no puedes escapar! ¡No puedes escapar de nada! Y, francamente, no querrás escaparte. Eso es lo que eres. Eso te envuelve y se siente genial. En ese sentido se trata, un poco, de aprender respetando el lugar de donde vienes y lo que tienes en el ámbito espiritual. Además, en la Tierra, es un lugar:

 

Elisa: [Hay una pausa mientras Jamie escucha.]

Erik: La Tierra es un lugar que tiene una dimensión inferior, y aunque el Cielo es multidimensional, hay infinitas dimensiones por ahí fuera. Así que hay otras razas y, ya sabes, grupos de personas o seres que están en niveles dimensionales separados, a los que no podemos acceder mientras estamos en espíritu.

Elisa: ¿De veras?

Erik: ¡Sí! Pero cuando nos reencarnamos en la Tierra, nos encarnamos en un plano dimensional fijo. Es por eso por lo que tienes gente de la Tierra, de los cielos, de las estrellas. Todos podemos estar en un mismo lugar, justo aquí, en la Tierra. Es una verdadera comunidad mixta.

Elisa: ¡Sí, diversidad!

Jamie: ¡Nunca lo había pensado de esa manera!

Elisa: La Tierra es como una especie de lugar de reunión.

Jamie: Sí, ¡me gusta un poco más este lugar!

Erik: Así que llegamos aquí, y otras razas de seres están haciendo lo mismo, como diciendo, "¡reunámonos y encontrémonos allí, en la Tierra! ¿Qué tal si en Madrid, España? ¡Todos podemos estar en la misma dimensión!". Y los otros dirán: “Está bien. Reunámonos y festejemos".

Elisa: ¡Eso es tan fascinante! ¿Algo más que quieras agregar, cariño?

Jamie: Dice que se estaba metiendo con el gato.

Elisa: Sí. Ringo, (uno de los gatos de la familia) está en la puerta de nuevo, maullando. Apuesto a que es fácil meterse con los gatos.

Erik: Sí, son tan sensibles a los espíritus. Es muy divertido jugar con ellos.

Elisa: Estamos divagamos un poco.

Erik: Otra razón por la que no puedes evolucionar mucho en la otra vida es porque recuerdas cómo acceder a la información, y absorberla. Es como un estudiante que tiene todas las respuestas para un cuestionario. ¿Cómo puedes aprender una mierda de esa manera? No puedes.

Elisa: Sí.

Erik: Y aquí, en el mundo del espíritu, hay  unidad entre pasado, presente y futuro, por lo que no tienes esa causa y efecto que proviene de la existencia lineal. ¿Cómo se puede aprender de un error si no se produce efecto alguno? Eso es como no tener consecuencias por lo que haces.

Elisa: Interesante. Ahora bien, ¿los humanos siguen evolucionando física y emocionalmente? ¿Cómo seremos dentro de miles o decenas de miles de años?

Erik: Los humanos están evolucionando emocional y energéticamente, y eso es lo que hará que lo físico cambie. Lo que irá primero serán sistemas de órganos como el digestivo. Seguiremos siendo, (estoy simplificando aquí), pulmonados, es decir, respiradores de aire. Aun tendremos corazón, ojos y sentidos, pero obtendremos percepciones extrasensoriales. Seguiremos con todos nuestros dedos, y tendremos más habilidades telepáticas.

Elisa: Qué bueno.

Erik: Comeremos menos porque [consumiremos] energía en lugar de alimentos.

Elisa: ¡Eso es fascinante!

Erik: Sí. Supongo que a mucha gente le gustará eso pero, demonios, [todavía] me encanta un pastel de chocolate.

Erik: El ADN también será diferente; estará más basado en la luz. Eso es todo lo que sé ahora mismo.

Elisa: Parece que nos esperan algunos cambios maravillosos.